lunes, 30 de mayo de 2011

Cuando se ama. Primera Parte.

El incesante traqueteo del coche de caballos anunciaba el fin de su felicidad. Elyzabeth era arrastrada a su destino. Nadie había contado con su opinión. Ninguna mujer era escuchada y Elyzabeth no iba a ser diferente. Su madre había concertado su matrimonio con un viejo gentleman desconocido totalmente para ella excepto por las fotografías que se habían cuidado de mostrarla. No había rastro de juventud en el rostro de aquel hombre. ¿Aprendería a amarle a pesar de todo? Supuso que con el tiempo y la resignación de los años todavía podría intentar ser feliz aunque para ello hubiera sacrificado gran parte de su vida y de sus sueños.

Se iban acercando a la campiña que sería su hogar definitivo y como si fuera la horca la que la esperara fuera del carruaje, tragó saliva y respiró hondo su última bocanada de libertad. Se enjugó las lágrimas que no habían parado de brotar silenciosas durante el trayecto y se dispuso a apearse. Se sintió presa del pánico cuando aquel enorme caserón apareció ante ella y deseó no estar allí, no ser ella en aquella situación. Quiso volver atrás, a su niñez, a sus momentos felices junto a su hermana menor jugando a no hacerse mayores nunca. Sin embargo, allí estaba, sola con la única compañía de su fiel ama y su piano.

Juntas se acercaron a las inmediaciones del caserón donde ya las esperaba la servidumbre cuchicheando por la llegada de aquellas intrusas que no tardarían en acomodarse y darles órdenes. Elyzabeth se sentía una extraña y aquello no ayudaba a aliviar la opresión que sentía en el pecho ya de por sí comprimido al máximo gracias a la moda parisina y sus corsés.

Entonces, el portalón se abrió y aquel rostro que la acechaba en sueños desde el anuncio de su compromiso se volvió más real que nunca.

- Señorita Grint, las esperábamos con verdadero fervor- la calidez de sus palabras era bastante convincente pero Elyzabeth sólo pudo esbozar una mínima sonrisa. Por desgracia ella no podía decir lo mismo. Su madre se enfrentaba a una gran deuda y sólo a través de aquella unión podría subsanarse. Ella era la moneda de cambio. Se aferró fuertemente al brazo de su ama temiendo desfallecer y reunió valor para decir:

- Gracias milord.

Aquello pareció bastar a aquel hombre para desempolvar su ilusión por aquel nuevo rumbo que tomaba su vida después de veinte años de viudedad. Lord Rickman se apresuró a dar órdenes a sus sirvientes para que acomodaran a Elyzabeth y su ama y para que instalaran el piano de la joven en su habitación.

- Miss Grint, como sabéis la boda se celebrará al alba. Sabed que me hacéis el hombre más feliz del planeta, renováis mi viejo espíritu y sólo espero poder concederos una buena y confortable vida junto a mí. Emmmmm mis hijos.., han desarrollado el mismo carácter de su madre- dijo Lord Rickman rascándose la frente arrugada- y su informalidad empieza a hastiarme al no presentarse en su recibimiento. Disculpadles y no se lo tengáis muy en cuenta. Son buenos chicos...

Antes de que Lord Rickman acabara de disculparse el eco arrastró el sonido de unos cascos a galope y unas carcajadas que parecían aproximarse a la velocidad del viento. Entonces a Elyzabeth casi le dio un vuelco el corazón cuando cinco caballos irrumpieron en la escena a todo trotar. Sus jinetes parecían estar disfrutando de las bondades de aquella fabulosa mañana de primavera.

- ¡Samuel, Collin, Tom, Julius, Rosie!- gritó exasperado pero divertido Lord Rickman. - ¿Qué manera es ésta de recibir a la señorita Grint? Vergüenza debía daros a vuestra edad...

- Perdone padre- soltó Collin sin una pizca de remordimiento en su voz mirando directamente a los ojos de la joven Elyzabeth que no había podido evitar sonrojarse ante tal espectáculo- sólo salimos a aprovechar la espléndida mañana de hoy, ¿no es cierto hermanita?

- Así es padre- asintió Rosie con aire infantilón.

- ¿Qué debo hacer con vosotros?- se lamentó el seór Rickman levantando sus ojos al cielo- Ésta es Miss Elyzabeth Grint.

Todas las miradas se posaron en Elyzabeth, que creía no poder aguantar ni un segundo más. Rosie, consciente del pudor de la muchacha no pudo evitar una risilla aunque tras la fulminante mirada de su padre corrió a saludar a Elyzabeth. Tras ella fueron los cuatro jóvenes que se mostraron educados pero sin ceder al recato. De hecho, Julius no pudo evitar reírse de Elyzabeth al besarla la mano. La muchacha se sintió avergonzada y furiosa porque no podía entender cómo lo que para ella era el fin de su libertad podía resultarles tan divertido a aquellos desagradecidos que no serían mucho mayores que ella.

El único momento de calma que encontró Elyzabeth fue al recluirse en su habitación donde la esperaba su viejo piano. Se acercó a él y acarició sus teclas. Aquel tacto le recordó tantas cosas que había dejado atrás que no pudo evitar que la sobrecogiera una sensación de vacío. Por eso se sentó al piano y recordó aquella melodía que le enseñó su padre para que ahuyentara al miedo y la soledad.

Mientras tocaba, su querida nana entró en la habitación con el vestido que llevaría al alba para entregarse en cuerpo y alma a Lord Rickman.

- No pienso probármelo Nana. No tiene ningún sentido. Me lo probé ayer y no es probable que haya cambiado mi cuerpo en todo este tiempo. Además no quiero torturarme todavía. No quiero pensar en lo que estoy a punto de hacer, no puedo. Sácame de aquí nana.

- Mi niña, ya lo habría hecho.

- Lo sé nana. Gracias por estar aquí. Eres lo único que me queda.

- Aprenderás a amarle.

- No dudo que sea un hombre cordial y generoso.., pero esto no era lo que yo quería para mí. No entraba en mis planes casarme, nana. No estoy preparada para llevar esta vida...

lunes, 23 de mayo de 2011

A los jóvenes.

Porque lucháis por vuestro futuro. Porque tenéis ilusiones y no os apalancáis en el sofá viendo la vida pasar y quejándoos de todo. Porque juntos tenéis la fuerza necesaria para cambiar las cosas. Porque todos se apoyan en vosotros. Porque sois mañana. Porque sois un soplo de aire fresco. Porque no os importa dejarlo todo por un sueño. Porque digan lo que digan las malas lenguas no sois ninis. Porque acampais en Sol por cambiar el mundo. Porque tenéis derecho a tener derecho. Porque nos dais ilusión a todos. Porque vuestro es el planeta y os coméis el mundo. Porque peleais por el mantenimiento del planeta. Porque teneis conciencia. Porque tenéis una nueva perspectiva. Porque sois iniciativa. Porque sois corazón. Porque sois humanos en potencia, en su máxima y esplendorosa expresión. Porque sois vosotros.

domingo, 22 de mayo de 2011

La felicidad de los macarrones.

Querido diario:
Hoy ha sido un día realmente productivo. ¡He hecho mis primeros macarrones! ¿Te lo puedes creer? Qué estúpida soy… jajajaja. Con la de cosas emocionantes que hay que hacer en la vida y yo me emociono por hacer unos míseros macarrones… Verlos remojaditos cómo se van haciendo poco a poco... Bueno, una que es simple. A ver si aprendo a cocinar porque es algo que creo necesario y que me puede reportar muchos buenos momentos, y sobre todo buenos e intensos bocados. Mummmmmmm. A ver qué tal están porque no los he probado y los he hecho para comerlos mañana en la facul… ¡Qué emoción! Hoy ha sido un gran día porque me he dedicado a mí enteramente y he podido hacer muchas cosas que quería hacer, me lo debía… Así que he aprovechado para escribir mucho, ver la tele, cantar, tocar el piano, soñar, ponerme al día en todas mis ilusiones. En fin, evadirme de una infelicidad que me acompaña desde hace mucho tiempo. Pero bueno, todos los días hago un intento de mejorar ese aspecto en especial. Esa pequeña obsesión que no me deja en paz y que yo misma me he creado por estupidez, inseguridad… Una lástima. Pero no quiero que vuelva a significar una distracción. Nunca más. Hoy hago promesa de liberarme y no volver a caer en las redes de la debilidad. No voy a ser nunca más vulnerable. ¡Hasta mañana que aún me quedan muchas cosas por hacer! Ciao!

sábado, 21 de mayo de 2011

Pirata.

Sentada en el suelo húmedo de las mazmorras del navío infestadas de huesos, restos putrefactos de las comilonas de los piratas, excrementos y cadáveres de ratas de bodega, reflexionaba, rezaba a un Dios que me había abandonado hacía mucho tiempo. El sonido de unas botas acercándose a la celda me hizo estremecer aunque esperaba con tranquilidad. Cuando él se acercó y las luces que se colaban por las rendijas golpearon su rostro, traté de contener toda emoción. Años atrás nos habíamos profesado mutuo amor y promesas de esperanza, de una vida mejor, juntos, surcando todos los Océanos. Sin embargo, el destino quiso lo contrario y ahora todo recuerdo se había esfumado para dejar paso a una sed de venganza incontrolable. El poder le había cegado. Le miré a los ojos tratando de bucear en ellos hasta lo más profundo y encontrar a aquel chico lleno de vida que me había conquistado hace ya tanto tiempo. Sin embargo, no quedaba en él ni un ápice de ese amor. Parecía como si nunca hubiese sucedido, como si todo lo hubiera soñado yo. Eso me había hecho morir lentamente y no había mayor tortura. La realidad me golpeó estrepitosamente cuando él pronunció las primeras palabras.
- Te tengo preparado algo muy especial en cubierta... Lo he estado reservando sólo para ti, mi dulce amor.
- Déjales ir -le ordené no dejándome embaucar por su voz mentirosa. Mi tripulación había sido encarcelada conmigo tras la escaramuza. No podía hacerles pagar por mi error. De alguna forma no había querido creer en las pruebas e impulsada por la necesidad de verle de nuevo cometí la estupidez de acercarme demasiado a sus dominios. Aún era débil. Quería decirle que le amaba y que estaba dispuesta a ayudarle. Para variar él lo usó en su propio beneficio. Se hizo con mí barco,con parte de mi tripulación, con las provisiones, los restos de los motines y con las cartas de navegación.
- No cariño no. Ellos están aquí por ti. Su capitana. Su líder. Y a pesar del consabido "un capitán es el último en abandonar su barco", hoy romperemos el Código. Y ellos no tardarán en seguirte.
- No merecen pagar por un error que sólo cometí yo.
- Es probable, pero seguro que así me divierto más.
- Dime, ¿qué te hice?
- Daño.
- Pensé que estabas por encima de todo eso.
- Me abandonaste.
- Si lo hice fue porque cambiaste. Ya no era capaz de reconocerte.
- ¡Y engendraste un hijo que ahora llevas en tu vientre con aquel bastardo!
- Si supieras la verdad no pensarías así. Mi hijo no es culpable de nada. Déjanos ir. Por favor.
- Quiero verte sufrir tanto como sufrí yo. Quiero hacerte pagar tu error.
Supe que después de esas palabras no habría marcha atrás. No habría salida. El dolor que le había provocado le cegaba. Abrió la celda y me asió del brazo brutalmente, clavándome las uñas. El no haber comido durante días me había debilitado enormemente y no sabía cómo podría afectar aquello a mi hijo.
Me arrastró a la cubierta y una vez allí la lluvia me azotó con fuerza, empapándome y haciendo que se me clavara el frío de la noche en el cuerpo. Las lágrimas se confundían con el agua de tormenta. Me ató las manos a un mástil y me rasgó la camisa por la espalda para que los latigazos penetraran antes en la cane desnuda. Cerré los ojos, esperando el primer golpe del látigo, pero antes se acercó a mí y me rodeó con sus brazos.
- Así es como te quise. Siempre mía.
- Por eso dejé de amarte.
Profirió un grito desgarrador y con él me sobrevino la primera descarga de dolor. Me estremecí por el escozor y se me saltaron las lágrimas. Al primer latigazo le siguieron cuarentainueve golpes más. Dejé la mente en blanco para mitigar el dolor y me desplacé a ese lugar en el que podía estar un poco más a salvo. Con mi hijo. Sin embargo, los insultos de mi verdugo se colaban violentamente entre mis recuerdos. Me abandonaban las fuerzas. Cuando todo acabó la sangre que bañaba el suelo encharcado por los vómitos me hizo pensar que no me quedaba vida. No me respondían los músculos. Logré alzar la mirada para captar la última visión de lo que me rodeaba y deseé que todo terminara rápido. Una niebla densa cubrió mis ojos y me desvanecí.

Pirata.

La Mujer Perfecta.

Conozco a una mujer que quería ser perfecta. Conozco a una mujer que se convirtió en un espectro por conseguir su ambición. Sé que se apartó de lo que ella más amaba en el mundo, su familia. Lo dejó todo atrás. Vendió su alma. Cambió. Nunca volvió la vista a trás. Jamás se arrepintió de lo que hizo. Muchos la adoraban. Otros simplemente rezaban por su alma perdida. Ella se consumía entre las sombras y el humo de su cigarro, haciendo del mundo su fantasía. La perfección penetraba en sus sueños y le chupaba la esencia. Se quedaba vacía. Y al despertar había muerto un poco más. Disimulaba el brillo mortecino de su rostro con certeras pinceladas de un maquillaje para personas infelices.

jueves, 19 de mayo de 2011

A las mujeres increíbles.

Porque siempre quise ser como ellas. Porque siempre han formado parte de mi vida dotándola de sentido, llenándome de orgullo. Porque son la base de la Civilización. Porque fueron adoradas en los tiempos primigenios, en los que aún no se había asentado la masculinidad de las religiones antropomórficas y antopocéntricas. Porque son el caldo de cultivo primitivo en el que nos cocemos todos los seres humanos. Porque sacan fuerzas de donde no hay para sacarse adelante a ellas y a los suyos. Porque piensan cosas maravillosas, porque lo hacen todo con sobresaliente, porque han conseguido llegar a donde se propusieron y aún no está todo ganado. A todas ellas. Su admiradora.

Manifiesto, Crítica a la política de nuestros días.

Muchos creen que, como del fútbol y de la religión, no merece la pena hablar o escribir de política, que es mejor callar, que es un error, que si te inclinas por una ideología u otra pierdes mucho, que la gente te encasilla, que pierdes amigos... ¿De verdad conlleva tanta pérdida? O mejor, ¿de verdad merece que le dediquemos tanta energía? Porque si en algo perdemos el tiempo muchos seres humanos es en la política, en hablar, hablar, hablar y hablar y no llegar a conclusiones que beneficien a nuestra especie, tan avanzada y superior que se autodestruye por ideas absurdas.

Quizá es pasar demasiado superficialmente por el tema, desde un punto de vista ignorante, pueril.., sin embargo, no creo estar muy desencaminada al querer reclamar un poco más de SENTIDO COMÚN, sobre todo en esta época de bombardeante campaña electoral en Madrid y manifestación de descontento del pueblo.

La mala, torpe gestión de la crisis por parte de gobierno y oposición, los recortes sociales, los despidos (injustificados), la falta de futuro para los jóvenes, la falta de ayuda a los jubilados, a los dependientes y enfermos, la subida desorbitada de los impuestos, el ahogo de las familias, la privatización de salud y educación, la compra de los sindicatos, la falta de recursos para la investigación, la falta de escrúpulos ante los corruptos, la permisividad de la existencia de paraísos fiscales, el abandono de la gente más necesitada, la manipulación de la información en los medios.., han hecho mella en la población y NO ES PARA MENOS. El pueblo quiere SOLUCIONES REALES, no quiere oir los continuos improperios que se lanzan unos a otros en Parlamento, Campaña Electoral incluida, ni quieren ver una continua sonrisa y una frase de "no pasa nada, saldremos de esta, nos estamos recuperando" en la cara de aquellos que no sufren ni una de las consecuencias prácticas de la crisis en sus propias carnes. Es repulsivo. Si esta gente nos gobierna y no tenemos más opciones, ¿no tenemos derecho a quejarnos? ¿a sublevarnos? ¿a querer algo más y mejor? ¿No se nos dice a los jóvenes que hagamos política activa? No se de qué se quejan estos políticos nuestros. Demasiado buenos hemos sido, demasiado obedientes. Y en cuanto sacamos un poco las uñas, nos cortan las alas, como en los viejos tiempos. ¿Acaso la expresión de descontento no es una forma más de expresión? ¿Por qué les cuesta tanto admitir las críticas? No se creerán perfectos ¿no?

Por eso, desde hace tiempo se viene fraguando un movimiento, un sentir común, que no solo afecta a la izquierda, como se trata de hacer creer. El descontento es general y no solo se vive en España. Por eso han surgido voces como la de Hessel, testigo y participante de la Declaración de los Derechos Humanos, que junto a nuestro filósofo Sampedro han escrito el que será libro de culto y referencia para entender este levantamiento popular que afecta a todas las ideologías y edades, ¡Indignaos!. Y qué decir tiene que esto no solo va contra los políticos españoles sino que también va dedicado a gobiernos europeos y una gran parte de sus representantes, algunos de ellos personajes ridículos que se ríen de la propia política y se burlan de los padecimientos que asolan a millones de personas. ¿Hace falta más indicación o todos pilláis que me refiero a Berlusconi? Y también dirigido a dictadores que se han fosilizado en sus tronos a base de masacrar, exprimir a sus pueblos.., y a presidentes americanos que sólo ven armas de destrucción masiva y sobre todo petróleo, a las altas esferas políticas que guardan sus sucios secretos y pierden el culo por hacer callar a los que los sacan a la luz como si fueran terroristas.... Entonces, muy ciegos debemos estar para no ver lo que está pasando y contra lo que se está luchando. La política empieza a no ser efectiva a manos de los de siempre. Nos empieza a cansar tanta palabrería, tanto despilfarro, tanta cursilería. ¿Quién nos defiende de los políticos? ¿Dónde está el ESTADO DEL BIENESTAR? ¿Y el DESARROLLO SOSTENIBLE? ¿Dónde están los OBJETIVOS DEL MILENIO? ¿Dónde está lo que prometen? ¿Por qué nos tratan de contentar con estadísticas y gráficos cuando van a los programas de la tele? ¿Por qué nos acallan como si fuéramos animales? ¿Por qué les importa más que añadamos a "todos" "todas" si todo aquel que conoce la gramática sabe perfectamente que al decir todos ya incluyes a todas? ¿Por qué tanta tontería?

No creo que se esté pidiendo nada del otro mundo. Queremos SENTIDO COMÚN. HUMANIDAD.

domingo, 15 de mayo de 2011

Se lo prometí. Por ti Gus.

Hace tiempo me comprometí a presentarme a un concurso de literatura que organizaba la Biblioteca de la Facultad de Veterinaria cuya tema era "Hablemos de animales" y para variar el poco tiempo que tenía por aquella época, similar al de ahora, me impidió cumplir esa promesa. Al principio me sobrecogió la indeseable y temida paranoia del folio en blanco y la presión de las bases y límites del concurso, pero poco a poco fui entendiendo que probablemente podría hacer mucho más escribiendo con otro objetivo. Así fui preguntándome cuál sería el objetivo de mi ejercicio de escritura. Al principio pensé escribir una historia fantástica, con personajes totalmente ficticios emplazados en una realidad idealista. Sin embargo, deseché la idea porque otra irrumpió estrepitosamente en el curso de mis pensamientos. No escribiría una historia cualquiera porque tenía La Historia, ésa que me pedía a gritos salir al exterior. Y lo mejor de todo es que ni siquiera tenía que imaginármela porque ya la había vivido. Conocía a sus personajes de sobra y las circunstancias por las que pasaron. El destino tejió una vez más una historia maravillosa que debía ser contada. Porque ya tenía una motivación clara para escribir, un convencimiento sólido de lo que perseguía al describir esa historia, empecé a remover los recuerdos para plasmarlos lo más fidedignamente posible.


Esta historia narra un ABANDONO. Cuando veo en la tele o leo testimonios de niños o ancianos abandonados a su suerte pienso que no puede haber nada peor que ser despojado injustamente de la historia de tu vida, de tus orígenes, de tu esencia, de lo que eres, de lo que fuiste y de lo que serías. Es como si cortaran tu cordón umbilical con desprecio tirándote al cubo de la basura después, relegándote al olvido porque no cuentas con el amor que todo el mundo por derecho debería recibir. Muchas víctimas se han hecho oír por diversos medios, han contado su historia, su angustia, su sentimiento de no pertenecer a ningún lugar. Sin embargo, ¿te imaginas cómo sería ese sentimiento desesperado si no pudieras expresarte? ¿Si nadie te escuchara? ¿Si tu desgracia no tuviera importancia? ¿Si lo máximo que pudieras hacer es ladrar al viento y escuchar tu propio eco en respuesta, vagar hasta dejarte vencer por el cansancio del que no tiene destino para descansar, del que no va a ser recibido en ningún sitio porque es un perro cualquiera, un animal que no tiene valor, un ser como tantos otros que se abandonan porque "ya se las apañará, es un animal"? Esa es la historia de Gus, un cachorrillo que comenzó su andadura en la tierra padeciendo el desprecio infinito, INJUSTIFICABLE y DESPRECIABLE (respondiendo al tema del concurso... ¿de qué animal hablamos ahora? ¿Qué animal puede despreciar a sangre fría sin una razón vital? Creo que la respuesta es sobradamente conocida, ¡qué pena!)y vagó con una fractura que le habría costado la vida de no ser porque por una vez el destino quiso apostar por una criatura indefensa y salvarla del sino al que estaba destinada. Y sucedió lo que se suele llamar un giro, un golpe de suerte, el momento que todos esperamos en las películas que sabemos acaban bien porque esta historia también narra un CAMBIO. Y ¿cómo se materializó el cambio? Aparecieron en escena dos chicas que no tenían por qué haberse parado a ayudar a aquel cachorrillo pero LO HICIERON. ¿Y por qué?

¿Que por qué? Porque por eso sigo apostando por el ser humano a pesar de las atrocidades que cometen los desalmados, los que no aprecian la vida; porque por cada monstruo existe un generoso puñado de buenas personas que enmiendan los errores que otros cometen.

Estas chicas lo acogieron, le abrieron las puertas de su casa, de su familia y de su corazón, movilizaron a toda una facultad de Veterinaria (casualmente estudian Veterinaria y es algo que me enorgullece enormemente)para pagarle la operación que le devolvería una calidad de vida que por derecho natural toda criatura merece,y se preocuparon por asegurarle una nueva vida, una nueva familia, un nuevo sitio al que pertenecer. Ahora crece y vive la vida que nunca habría sido si no fuera por ellas.



A Sofi, Laura y a todos los que le dieron a Gus otra oportunidad.

Estrella Polar

A veces, cuando el ruido es demasiado fuerte ahí afuera, necesito palabras que me calmen, que me recuerden el camino que debo seguir, el que siempre he seguido. De un tiempo a esta parte algo ha cambiado en mí, ya no soy la misma. He perdido el rumbo. Mi estrella Polar, la misma que me guiaba ha desaparecido de mi firmamento. Otras estrellas me han deslumbrado y me han apartado de su luz. La luz que, a pesar de la adversidad, seguía brillando para iluminar mis pasos, entonces certeros y seguros. No sé qué día comenzó el cambio pero desde entonces han pasado muchas cosas que me han trastocado, han roto mis esquemas y mancillado mis ideas pueriles a cerca de la vida misma. La niñez me había servido de refugio, me sentía segura y valiente en mi burbuja. Nadie ni nada me habían herido jamás. Sin embargo, ahora soy un herido de guerra, un pirata vencido. Las cicatrices decoran la piel de mi corazón y son débiles, vulnerables a cualquier contratiempo por pequeño que sea. Por eso necesito refugiarme en palabras de consuelo. Necesito reencontrarme. Volver a vislumbrar mi estrella Polar y así proseguir mi camino. Ese que dejé a medias. Sé que estoy sola pero al menos lo intentaré con todas mis fuerzas. No quiero desfallecer.

sábado, 14 de mayo de 2011

Volver.

Llevaba mucho tiempo sin escribir y ya lo necesitaba. Me urgía volver a teclear frenéticamente intentando así acallar los incesantes murmullos en mi cabeza. Empezaba a enfermar sin remedio, a convertirme en una mujer gris, a tragarme el humo de mis cenizas, a regresar a un estado inerte de tristeza, envejecer. Necesitaba volver y he vuelto, para no irme jamás.