viernes, 28 de diciembre de 2012

Por fin mueres, Año Viejo

Por fin mueres, Año Viejo, y entre estertores de crisis y sinsentidos te despides. En tu agonía aún te atreves a festejar y te atragantas con las doce uvas que te ven marchar. Año Viejo, nada bueno dejas salvo puñados de desamparados esperando tu último aliento. Y cuando caigas, vítores resonarán por doquier esperando al Año Nuevo que está al llegar.

Flor de Pascua.

Hoy me he perdido en la inmensidad escarlata de una hoja de flor de Pascua. He trepado por sus ramitas para alcanzar la más alta cumbre y desde allí tirarme por el tobogán carmesí entre carcajadas y saltar las nervaduras como si de una carrera de obstáculos se tratara. Hoy he visto abrirse sus capullos de grana al sol de Adviento y al hacerlo mis pupilas se han vuelto de sangre. ¡Qué bonita es la Flor de Pascua que destella rojo como hace Marte!

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Hoy he soñado...

Hoy he soñado gatos que se evaporan, globos de color noche entrada, ratoncillos bigotudos montados en zapatos alados, palabras envueltas en papel de caramelo, besos con sabor a piña, pompas de jabón que bailan al compás de una brisa azucarada y van directas a morir en las nubes de algodón, acebos sostenidos por luciérnagas vestidas con lentejuelas y a sus pies ranas cantoras que patinan por la consistente superficie del arroyo de mazapán.

martes, 4 de diciembre de 2012

El renacer que esperaba.

LLevaba tiempo ausente, tratando de asentar mi vida y reubicarme después de tanto desorden, tanto caos, tantos sentimientos confusos. Al fin parece que las aguas han vuelto a su cauce y que he vuelto a encontrar en mi interior la fuente de inagotable energía que necesito para seguir adelante. He aprendido mucho en todo este tiempo y me siento orgullosa de poder volver a esa felicidad que tenía un poco olvidada. Es maravilloso ver cómo después de una caída de la que crees que no te vas a recuperar, te levantas magullada pero con más experiencia y ganas de no volver a tropezar con la misma piedra y de proseguir el camino con la vista fija en el brillante horizonte. Mi nueva vida empieza hoy.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Sólo para ti, que me conoces.

Escribo esto sólo para ti. Sabes perfectamente que va para ti porque me conoces. Eres muy especial para mí y te quiero tanto que se me ha ido de las manos la situación. Ya te echo de menos pero he de intentar no hacernos daño. Se me ha hecho duro hoy, sabía que lo iba a ser, pero supongo que el tiempo lo curará o al menos procuraré poner de mi parte para evitar que se descarrile algo que no quiero terminar contigo. Te repito que me tienes para todo, siempre. Pero me duele ya hasta lo más mínimo y eso no es buena señal. Sólo es indicativo de que he vuelto a cometer un error y que no nos lo merecemos. No quiero complicarle la existencia a nadie y menos a ti. Sólo quiero que seas feliz y, si es posible, ser feliz yo también. Siento mucho haber llegado a este punto porque te echo en falta desde la despedida pero creo que va a ser lo mejor para no sufrir más por algo que me he vuelto a inventar en mi universo paralelo del mundo de yupi. No te preocupes por nada, estoy bien. Un poco vacía sin ti pero bien, o al menos tratando de convencerme de que esto es lo que hay que hacer y que ya vendrán tiempos mejores. No borro nada contigo ni borraré lo que venga. No he dejado de quererte ni lo dejaré de hacer,(hoy me he dado cuenta) pero aprenderé a que no me duelan ciertas cosas y por eso opto por la distancia. Quizá sea una equivocación, quizá no cumpla mi firme propósito de no aparecer porque ya deseo volver a ti. Pero bueno, quizá sea lo más sano relajar un poco el ritmo. No obstante quiero que sepas que no dejo de quererte pero ahora te querré sin hacer ruido, desde el silencio.

Te quiero mucho.

Tu Anita.

martes, 9 de octubre de 2012

Y aún con tantas letras.

Llevo tiempo guardándome las palabras para así poder un día abrir de par en par las puertas y dejarlas salir en tropel, en estampida feroz sintiendo desde mis entrañas hasta la punta de los dedos miles de pisotadas furiosas en su explosivo recorrido hasta el papel virtual éste en el que escribo y al que van cincelando al clavársele en la blancura del espacio vacío. LLevo días alimentándome de sopas de letras para tenerlas todas dispuestas para encajar en el puzzle de sentimientos que me asolan desde los últimos tiempos. Y aún con tantas letras me cuesta explicarme, me cuesta poner letrero a tantas ideas, tantas sorpresas, tanta alegría, tanto dolor. Quizá deba probar a poner más silencios en mi vida. Silencio a todo. Quizá de esa manera logre encontrar las palabras adecuadas.

miércoles, 3 de octubre de 2012

¿Qué pasará?

¿Qué pasará cuando no tengamos nada más que decirnos? ¿Qué pasará cuando la emoción de las primeras veces contigo desaparezca? ¿Qué pasará cuando despertemos todas las mañanas juntos para afrontar un día corriente? ¿Qué pasará cuando la rutina nos envuelva los semblantes en una nebulosa de apatía? ¿Qué pasará cuando dejemos de vernos como nos vemos ahora? ¿Qué pasará cuando dejemos de tener tiempo para cuidar nuestro amor? ¿Qué pasará cuando el tiempo borre las sensaciones que nos dio en el pasado? ¿Qué pasará cuando nos apoltronemos en el sofá al final de una jornada agotadora sin dirigirnos a penas la mirada? ¿Qué pasará cuando el eco de nuestro amor eterno se disuelva frágil en las ráfagas de viento? ¿Qué pasará cuando dejes de trepar a mi balcón y yo de susurrar tu nombre en la noche? ¿Qué pasará cuando ya no queden más ganas? ¿Qué pasará cuando dejemos de grabar nuestros nombres entrelazados en las cortezas de los árboles y de pintarlos a cada paso que demos en la calle o en cada vagón de metro en que nos refugiemos de todo? ¿Qué pasará cuando dejemos de hacer lo posible por vernos y estar juntos? ¿Qué pasará cuando un paseo cogidos de la mano quede relegado a un hermoso recuerdo? ¿Qué pasará cuando dejes de tener tiempo para dibujar mi retrato de todas las formas posibles? ¿Qué pasará cuando dejemos de escribirnos? ¿Qué pasará cuando todo eso se acabe?

domingo, 30 de septiembre de 2012

Reencuentro.

Después de todos estos años por fin te he encontrado y nunca antes el reencuentro me había sabido tan rematadamente dulce. Verte entre el gentío fue realmente alentador, al principio creí estar ante un espejismo pero cuando me vi de nuevo entre tus brazos supe que ya no sería nunca más un sueño imposible. Cuando nos dimos los dos besos de rigor me golpearon los recuerdos de esos días de miradas furtivas en el viejo caserón y de pronto me sobrevino ese conocido rubor incontenible en las mejillas al cruzar dos tímidas palabras contigo. Lograste volver a embelesarme conn tu sonrisa tierna, tu cálida mirada, tus gestos, todo tú. Ojalá no tengamos la necesidad de volver a reencontrarnos en mucho tiempo. Gracias por volver a mi vida.

lunes, 24 de septiembre de 2012

S.O.S Soy una muñeca de trapo!

Aquí me encuentro vacía, mirando al infinito con un blues al final de los auriculares sin saber muy bien qué pensar o qué hacer. De repente me he quedado sin movimientos en esta partida de ajedrez que es la vida. Ya no me quedan más enroques. No más ases en la manga. No sé si es la melancolía de Norah Jones o la triste compañía de este portátil en la noche, pero no me vendría mal ahogar las penas en una botella de sangre de ágave. Podría llamarte pero me lo impiden cientos de razones. Podría decirte que nos dejáramos de tonterías y te fugaras conmigo como la letra de ese "Come away with me" pero también me lo impiden unas cuantas razones. Si no me sintiera como esa muñeca de trapo que desechamos tras darnos cuenta de que no vamos a jugar más con ella porque en el mercado hay otras muchas de plástico del bueno y melena impresionante, quizá volvería a la carga sin más vacilación que la de "¿qué me pongo hoy?", pero no me quedan fuerzas, no tengo ganas más que de llevar estos pantalones de pijama tan cómodos y este blusón que oculta todos los kilos que se han ido pegando a las caderas sin permiso alguno tras esas tacadas ansiosas de lo primero que hubiera en la nevera. Ya no queda esperanza, ya ni siquiera duermo por miedo a no querer despertar mañana. ¡Qué mierda ser yo! ¡Qué gran mierda! Y qué inteligente ponerme a escuchar blues en estas horas de delirio típicas de un despojillo humano que busca ahogar sus penas en unas tristes notas colocadas adrede para tintar el alma de gris...

Cuando todo pierde el sentido.

Cuando todo pierde su sentido primigenio, no hay vuelta atrás. El tiempo se encarga de transformarlo en una maraña informe en el recuerdo y quien se adentra en las entrañas de semejante atrocidad tarda en salir del laberinto. Si es que logra hacerlo. Esa masa de recuerdos y tiempo pretérito envuelve al ser indefenso que se resguarda en ellos creyéndolos momentos mejores. Es la peor pesadilla de quien vive sin presente por temor a que también se convierta en pasado, del que se aferra a él dejándose arrastrar porque todo lo demás carece de sentido. Entonces, cuando el presente no se vive no hay retorno posible, ya nada es igual. No es vida.

domingo, 23 de septiembre de 2012

A las chicas.

Una velada con vosotras es ganar años de vida. Me siento tan afortunada de que mi madre os tenga de amigas… No os podéis hacer una idea. Disfruto cantidad de estos ratos que nos regala la vida celebrando los cumpleaños, un ritual que conozco desde que tengo uso de razón y disfruto cada vez más. Doy gracias por conoceros y por poder pasar ratos increíbles con vosotras. Sois de las mujeres que más admiro y siempre lo haré. Sois estupendas en todos los sentidos y de mayor me encantaría ser como vosotras. Desde luego no me faltan ejemplos para conseguirlo.

Espero seguir celebrando muchísimos cumples más. ¡Os quiero chicas!

sábado, 22 de septiembre de 2012

A Felisito, con todo el amor del mundo.

Cómo estás creciendo chiquitín. Hoy me he dado cuenta cuando te he oído seguir con tus vocales imperfectas el ritmo de nuestros cantos. ¡Y eso que sólo tienes tres mesecitos! Eres increíble pequeña pulguita. Si fueras consciente de por qué se nos cae la baba a todos... Eres la alegría de la familia, nuestro soplo de aire fresco, nuestra esperanza. En ti vemos la prolongación de nuestras vidas, de nuestros sueños. Representas nuestro mañana. En ti depositamos toda nuestra fe en un mundo mejor, lleno de alegría, de posibilidades, de fuerza, de valores, de optimismo… Contigo la vida sigue y siempre estaremos cuidando tus pasos para estar ahí cuando te tropieces y para compartir tus alegrías y tus penas. Somos tu familia y no hay nada que nos mueva más en este mundo que sacarte adelante y que seas un niño feliz, que cuenta con todo nuestro amor. Estuvimos en tu nacimiento, te hemos visto coger kilitos poco a poco, enfocar la mirada, reírte, patalear, escalar... Y con todos tus progresos nos haces felices. Ojalá podamos compartir contigo muchos más momentos como los que nos estás regalando desde tu venida al mundo. Te queremos mucho pequeñín.

Tirar la toalla.

He pensado tirar la toalla, rendirme en todo, dejarlo todo, dejarme llevar por lo inevitable, perderme en el tiempo, encerrarme entre mis sábanas y protegerme en un sueño interminable. He acariciado la idea de dejar de tirar de mí y abandonarme en una huelga de ilusiones que termine definitivamente conmigo. Quizá sería todo mucho más simple, quizá sería lo correcto para evitar la tragedia.

viernes, 21 de septiembre de 2012

El último amanecer.

Los expertos dicen (yo no llevo la cuenta) que mañana será el último amanecer del verano... ¿Sabes lo que me hubiese gustado compartirlo contigo? Juntos podríamos haber acompañado al Sol en su último espléndido despertar antes de la decadencia otoñal. Sería mi estampa perfecta contigo, la que me falta por coleccionar en ese álbum de recuerdos "PROHIBIDO OLVIDAR" que guardo para que beba mi memoria cuando tenga sed de ti. Lo imagino enroscada en tus brazos en el banco más alto del parque, ése desde el que se ve todo Madrid y más allá las montañas y la fina línea del horizonte, viendo reflejado en tus ojos el viraje del color del cielo, bebiendo de tu piel los dorados destellos agónicos, saboreando en tus labios el último adiós del verano.

Definitivamente inútil.

Efectivamente he llegado a la conclusión de que soy inútil. Una ni-ni de ésas que llaman ahora, porque ni se me da bien una cosa ni la otra y sin embargo, pierdo el tiempo pensando que soy medio buena en ambas. ¡Qué pena de vida! Cuánto esfuerzo en balde... Cuántas horas tiradas a la basura empleadas tontamente en buscar cosas que no están a mi alcance, desgastándome hasta quedar en los huesos, más pálida que la cal y con una cara de póker que no se pué aguantar. ¡Cuánta desilusión! ¡Cuánto desengaño! Ay que ver... Y cuanta tontería por mi parte. Mejor hubiese sido arrancarme de la cabeza ideas extrañas que me hacían volar entre nubes de algodones y vivir en mi burbuja de ilusión, para no estamparme contra el suelo estrepitosamente (una vez más). Lo peor de todo es que éste último ha sido el batacazo del siglo, vamos que me extraña que no hayan oído el estruendo en Filipinas, porque ha sido fino, fino... Y lo peor de todo es que no sé si tengo fuerzas para levantarme. No soy de las que se rinden pero ya nada es igual. Ya se ha desgastado todo en lo que creía y para sobrevivir sólo veo una solución..: inventarme de nuevo para salir del atolladero. Buscarme otra filosofía de vida porque la mía ya se ha quedado obsoleta y no me da beneficios que puedan encuadrarse en el marco socio-económico-político-filosófico de la actualidad. En otras palabras, he de dejar de vivir en mi mundo para renacer en el que, por cojones, me ha tocado vivir. Sea.

domingo, 16 de septiembre de 2012

¿Recuerdas aquella tarde?

¿Recuerdas aquella tarde de verano cuando éramos dos críos sentados en ese banco herrumbroso del parque sin dejar de mirarnos, de hablar, de reir..? Yo no puedo olvidarla. Desde entonces vivo atrapada en aquel momento. Eras mi ídolo, mi príncipe azul y allí estabas, junto a mí, deteniendo el tiempo a nuestro alrededor con tu sonrisa, secuestrando mi mirada con tu magnetismo irresistible de Indiana Jones de barrio. Eras la aventura en persona, el deseo de cualquier adolescente en busca de peligrosos romances. Eras inalcanzable y sin embargo, yo tuve la inmensa suerte de tenerte como amigo y compartir tantos buenos ratos contigo. Una mala jugada del destino quiso separarnos (dicen que está muerto, ¿sabes?) y ahora tú tienes tu vida y yo la mía. He pensado miles de veces ir a buscarte, dejarlo todo e ir a localizarte, pero también he valorado lo increíblemente estúpido que sería por mi parte. Sin embargo, te echo de menos (no sabes cuánto) y aún añoro aquellos cumpleaños en mi casa jugando al Mario Kars, a las aventuras en busca de tesoros escondidos, a cortarle el pelo a las barbies... No puedo evitar sonreirme al escribir esto. Eres mi mejor recuerdo de aquel entonces y por lo que volvería atrás en el tiempo. Me hubiera gustado tanto despedirme bien de ti... En un cajón conservo la foto del Parque de Atracciones y siempre se me van los ojos a aquel niño vivaz que me devuelve la mirada con una gran sonrisa. Para mí no has cambiado nada, permaneces en mi memoria tal y como te conservo en las fotos que pueblan mis álbumes de la infancia, aunque en las redes sociales te vea tan distinto que me cuesta reconocerte. Supongo que te perdí para siempre, que ya no serás nada más que un precioso recuerdo aunque hubiera dado todo por quedarme allí de donde me fui por exigencias del guion. A veces rezo para que tú también te acuerdes de aquella tarde de verano y todo lo que vivimos juntos.

En mi cama.

En mi cama hay hueco de sobra para los dos. Acurrucaditos entre las sábanas podemos fabricar sueños de colores, flores, besos, estrellas y sabores. Y de la mano podemos recorrer el mundo entero y parar a descansar en la punta del Kilimanjaro. Y en el lago azul podemos comernos las bocas y los cuerpos. Luego en el desierto rodaremos entre las dunas hasta que el barco pirata emerja de la nada para llevarnos de vuelta a casa navegando entre las nubes de algodón. Y entonces en ese mágico instante del despertar, abriré los ojos y te veré a mi lado.

Esta pasión mía.

Esta pasión mía enfermiza por ti me está matando. Ya no puedo pensar con claridad sin que tú te me aparezcas entre ráfagas de pensamiento. No hay voluntad propia en mis actos, mis pasos ya no buscan otro camino que no sea el que me lleve hasta ti. Ayúdame a tomar de nuevo el control de mi mente y mi cuerpo, que parecen más tuyos que míos. Enséñame de nuevo a caminar según mis designios y no los tuyos. Enséñame porque parezco haberlo olvidado por completo.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Desde este cuarto estéril.

Desde este cuarto estéril en la planta del hospital te he visto tras el cristal y sólo el crujido de los huesos me ha impedido salir detrás de ti para sorprenderte con el mejor de los abrazos y el beso más tierno, ése que te había prometido antes del accidente. Sin embargo, has pasado de largo y ni siquiera me has dirigido la mirada. ¿Cuánto tiempo ha pasado para que te olvides de mí desde la última vez que estuvimos juntos prometiéndonos la luna y una caja llena de minutos y horas eternas de amor? ¿Qué te ha hecho ignorarme de esta manera? Entonces vuelvo a la cruda realidad cuando te veo de la mano de ella y recuerdo que no todo fue felicidad contigo. Entonces otro dolor muy distinto al que me provocan las muchas fracturas que redujeron mi cuerpo a la mínima expresión me inunda. Recuerdo que antes de la tragedia ya me alimentaba de este dolor y lo vuelvo a hacer mío, sintiendo su sabor adictivo. Ya tendré tiempo de cambiar de dieta, que la del hospital me sabe a poco.

Exactamente tú.

No quiero a nadie que no se parezca exactamente a ti. No quiero a nadie más que a ti y a tu peculiar forma de decirme “te quiero”. No quiero toparme con nadie más en esta vida que contigo. No quiero hacer otra cosa más que enamorarme una y otra vez de ti. Eres irrepetible y quiero más de eso que sólo tú me das. No quiero nada distinto porque lo que quiero eres EXACTAMENTE TÚ.

Con cariño, de tu hija.

Hoy he sonreído un poco al verte cantar junto a mamá. Si supieras lo feliz que me hace oírte, ver que pones todo tu empeño porque salga adelante el proyecto de coro para la boda de nuestros amigos. Creo que mamá también ha notado un pequeño cambio en ti, una reminiscencia de lo que fuiste y que habías dejado morir por la maldita depresión. Quizá no haya entendido del todo qué te pasa, qué te ha llevado a semejante situación, pero sé que no es tu estilo, que tú eres el optimismo en persona, la alegría de la huerta. Sólo espero que algún día puedas escapar de esto que te consume, y que nos liberes a todos de este bruma de nostalgia y desilusión. Danos tu presente y vívelo como solías hacer, con esa sonrisa tan grande que irradiaba energía vital por doquier. Nada es lo mismo sin ti. Eres el motor, el que tira de las emociones de todos nosotros. No nos acostumbramos a tener que tirar de ti. Por favor, sal de esto, te necesitamos como antes. Los políticos, el trabajo, los problemas familiares.., no merecen quitarte la ilusión, tu vida. Vuelve con nosotras y sé el que eras.

Con cariño,

De tu hija.

viernes, 14 de septiembre de 2012

He estado pensando en ti.

He estado pensando y no puedo evitar echarte de menos. Entraste en mi vida sin previo aviso y fuiste una bendición, me diste algo que ahora sólo quiero contigo, y siempre te estaré agradecida. Me has dado los mejores ratos de mi presente (ojalá te hubiera conocido antes)y, cuando por razones que sólo conoce el destino desapareces, se me parte el alma. Te echo de menos.

Una noche preciosa ¿no crees?

Es una noche preciosa ¿no crees? Aquí tumbados los dos, cubiertos con las sábanas estrelladas del firmamento, juntitos, como si de un sueño de esos edulcorados míos se tratara. Y se está tan bien que no podría ni querría estar en ningún sitio distinto, mi amor. Aquí contigo y sólo contigo, muy cerquita de ti, mirándote a los ojos como hago en estos momentos, acariciándote como hago justo ahora, cantándote muy bajito al oído, fundiéndonos en un abrazo y luego un beso y luego otro, y otro, y otro más... Y entonces es cuando digo entre susurros que eres mi momento más especial y que me alegro de haberte tirado aquel café encima, aquel bendito café que nos obligó a cruzarnos en la vida del otro por accidente.

Espíritu Libre.

No podía aguantar aquella situación por más tiempo, la sangre le hervía cada vez que oía esos gritos reverberar en su cabeza, el pulso y la respiración se aceleraban y un aullido se le encajaba en la boca a punto de estallar. Sentía deseos de dejar atrás su viejo mundo, su viejo yo. Pero era consciente de que los recuerdos nunca la abandonarían, sólo podía tratar de aplacarlos, pues nunca aprendería a vivir con ellos. Quizá pudiera alejarlos por un momento si corría más que ellos. Así que cogió su caballo y galopó veloz por aquellos parajes desolados con el viento azotándole la cara, robándole las lágrimas que pertenecían al pasado y transmitiéndole un sentimiento nuevo. Debía luchar, no quedarse atrapada en aquellos gritos, en ese sentimiento mortuorio que la anclaba a una vida que no era la suya. Debía luchar por aquella que por derecho propio le pertenecía. Así se dejó llevar a lomos de su montura escapando del tiempo, sintiéndose un espíritu libre.

En otros labios.

LLevo tiempo buscándote en otros ojos, otros labios, otros abrazos, otras caricias, otros amaneceres enredados entre las sábanas, otros paseos por la arena, pero no soy capaz de encontrarte y tu recuerdo es cada vez más difuso. Ojalá pudiera revivirte, volver a aquel tiempo en el que éramos nuestros, en el que no había otros ojos, otros labios, otros abrazos, otras caricias más que los tuyos. Todo eso lo guardabas para mí, no había más destinatarios que yo y eso me daba la vida. Ahora sin ti estoy vacía, buscando llenar ese profundo abismo que dejaste y que nadie nunca logrará ocupar.

El Sol.

Hoy he visto caer el sol en el cielo rompiendo la tensión superficial del horizonte y he querido bailar en él, meter la punta de los dedos en sus ríos ardientes, bañarme en sus lagos rojos, subirme a un rayo y acariciar tu rostro al amanecer, recoger un pedacito de él y lanzarlo veloz al firmamento alumbrando tus sueños en la noche.

Escrito desde el pozo.

Qué raro se me hace escribir desde el fondo del pozo, desde la más inextricable oscuridad, desde las entrañas del dolor, haciendo ese esfuerzo incomprensible por que las palabras logren llegar a la superficie, hasta ti. Sin embargo ahí estoy, malherida, muerta de hambre y con los fantasmas del pasado como única compañía. No me quedan fuerzas para dejarme las uñas clavadas a la piedra, ni la voz en el vacío. Sólo me queda abandonarme a ese extraño sueño que me va venciendo poco a poco, ése que aparece como única solución, la única cuerda salvadora en la nada. Me invade muy despacio la oscuridad por la boca y se engancha a la lengua tirando de ella haciéndome vomitar todo el odio para luego seguir colonizando también los pulmones, llenándolos de negro paralizante, para después llegar veloz a mis brazos, mis piernas, dejándolos inertes, incapaces de responder a la mínima orden de movimiento. Se acabó. Todo, todo se acabó y yo también.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Quizá entonces y sólo entonces deje de escribir.

He pensado muchas veces si me merece la pena escribir tanto, si no sería mejor reservarme para mí ciertos pensamientos, en vez de desnudar el alma en un forcejeo continuo con mi propia intimidad, si no sería más profesional buscar la calidad en vez de la cantidad... Pero también me he dicho: entre tanta basura algún día podría aparecer la piedra preciosa que tanto deseas, ésa que se te escapa, ésa que permanece oculta entre la maraña de los pensamientos caóticos y que, al final, por un desliz fugaz y genial del cerebro, ha querido aparecer entre tanta palabrería absurda, tanta fruslería. Quizá con ella fuera de mí sea yo capaz de abandonar su búsqueda ansiosa, esa caza furtiva en la que me embarqué hace tiempo como si de ello dependiera mi vida y que no he querido ni podido abandonar. Quizá entonces y sólo entonces deje de escribir. Pues quizá sea ésa la razón de todo. Quizá escriba para encontrar esa joya, quizá nunca la encuentre. No resulta nada descabellado pensar que pudiera aparecer burlona bailando en mi último suspiro, y que en ese postrero hálito la encuentre por fin... Sólo entonces, repito sólo entonces dejaré de escribir.

Amor de verano gallego.

Me pillaste en pleno esplendor de la genial edad del pavo y probablemente ésa sea la razón por la que pareces haberte grabado a fuego en mi memoria. Fuiste lo mejor que me pasó en ese viaje a Galicia que aún recuerdo como si no hubiera otro tiempo mejor en mi vida. Las páginas de mi diario de adolescente escrito entre bellos eucaliptos estaban llenas de ti. Tú por todas partes. Tú a todas horas. Tú a escasos metros, al otro lado de la pared de la habitación de aquella casa rural de espíritu algo desvencijado. Tú sin saberlo eras el visitante más especial de mis sueños aún atenuados por la inocencia radical de la reciente niñez. Pero un abismo de años nos separaba y probablemente muchas otras cosas que habrían hecho imposible mi mayor deseo.
Aún hoy leo las páginas de ese diario de corazones y tonos pastel que reposa sobre mi mesilla para empaparme de tu recuerdo. Me gustaría que supieras que aún pienso en ti y que confío en volver a verte algún día y bañarme en la esencia de aquellos días de verano junto a ti.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Fierecilla mía

Qué difícil resulta dominar la tempestad, las corrientes marinas, los caprichos del destino, la voluntad de la Parca, las colisiones estelares en el firmamento, los ciclos lunares, las leyes naturales... Pero tampoco es fácil, fierecilla mía, dominar el color de tus pupilas, tus manos cuando me acaricias, la intensidad de tus besos crepusculares, ese escalofrío al envolvente sonido de tu voz... Lo increíblemente difícil es, fierecilla mía, lo creas o no dominar este loco corazón desbocado que te ama.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Qué patético es quererte pero te amo.

Qué patético es quererte y ni siquiera tenerte cerca. Qué horrible pesadilla es temer por ti a cada instante y en la distancia. Qué triste es amarte sin remedio, sin marcha atrás, sabiendo que no habrá la más mínima reciprocidad. Qué triste es encontrarme pensando en ti a todas horas arriesgando mi equilibrio. Porque nada me protege del sufrimiento que me golpea cuando salgo de mi burbuja de cristal para aferrarme a un momento contigo. Nada frena el batacazo. Nada me previene cuando el corazón se desboca. Y tú lo has conseguido. Has conseguido volver loco al mío. Hacerlo trotar de alegría cuando te atisbo en el horizonte. Me has hecho perder la cabeza. Me has arrancado de todo cuanto me aferra a esta tierra para clavarme a ti con todas las consecuencias. Te amo sin remedio, sin red, sin cura, sin salvavidas, sin vacuna. Te amo enteramente y al amarte salto al vacío desgarrándome la piel con las aristas de tus rechazos. Qué patético es quererte, pero te amo.

Encarcelada.

¿Cómo puedo escapar de tanta desesperación, de tanta confusión, de tanta desorientación dentro de mí si ni siquiera soy capaz de seguir firmemente mis propios criterios? ¿Cómo puedo dejar de esconderme y tomar la iniciativa? ¿Cómo puedo hacer frente al dolor sin que me consuma hasta reducirme a la mínima expresión de mí misma? ¿Cómo puedo encontrar el camino? ¿Dónde se halla la solución de los problemas? ¿Dónde busco si todo parece indicar que sólo el tiempo decidirá? ¿No hay más camino que el del tiempo? Me niego a pensar que no hay nada que yo pueda hacer para recuperar lo que fue, lo que fuimos. Me niego a aceptar que esto es todo a lo que hemos quedado reducidos. Me niego a resignarme a esta extraña sensación que me hace querer ser lo que no soy, buscar mil caras para una misma persona, tan frágil e insignificante como cualquier otra, que se enfada cuando muestra su verdadero yo por no ser aquello que espera ser, por verse encerrada en una vida que se le echa encima, que le supera, para la que no está preparada, que la paraliza cuando las cosas se ponen difíciles. El pasado se me ha escapado del todo y ha dado lugar a un extraño punto en el presente que no acabo de asimilar. Todo parece pasar a mi alrededor y yo sin embargo vivo impasible, en un continuo sufrimiento, encarcelada por mí misma en mis propios miedos, mis flaquezas dejándome dominar por ellos que parecen tomar forma de horribles pesadillas que me atormentan incluso despierta.

Sólo sé que no puedo seguir así. Quiero poder vivir tranquila conmigo misma. En paz. Disfrutar de la existencia y no convertirla en una meta sino en un proceso.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

¿Es lógico?

¿Es lógico que te desee tanto? ¿Es mínimamente razonable que sienta todo esto por ti? ¿Por qué no puedo evitar esto que me provocas? ¿Por qué no reacciono cuando me quema tu recuerdo en vez de arder contigo también? ¿Por qué ya no hay orden en mi vida sino una vorágine de sentimientos encontrados? ¿Por qué todo me lleva a ti? ¿Por qué me atraes sin remedio? ¿Por qué no existe cura para tanta confusión? ¿Por qué te necesito tanto, te odio tanto, te amo tanto? ¿Por qué?

miércoles, 22 de agosto de 2012

En cada palabra que escribo, un pedacito de mi alma.

En cada palabra que escribo dejo un pedacito de mi alma, un trocito de mí misma con la esperanza de que, cuando no queden más que partículas de polvo de mi existencia, alguien me pueda reconstruir en el futuro y devolverme a la vida a través de lo que fui.

martes, 21 de agosto de 2012

Me puede el deseo.

Me puede el deseo de verme cogida de tu mano. Me puede el deseo de quererte. Me puede el deseo de vivirte, de escribirme contigo, de perderme entre tus brazos, dormirme en un beso, soñarte despierta. Me muero por una cuenta atrás contigo para despegar derechos al paraíso, en ese cuarto casi negro a la luz de una vela entre las sábanas ardiendo por fin.
Escóndeme entre tus brazos , que el mundo no sepa de mí.

lunes, 20 de agosto de 2012

Al final del día.

Al final del día sólo me queda esperar que llegue mañana y con el nuevo amanecer, tú. Porque aspiro a despertarme contigo más que a ver los rayos del sol. Tú y tú y tú y más tú. No quiero más en mi vida, no cabe nada más. Estoy completa contigo, a tu lado, sintiéndome fuerte porque tú estás ahí, nadie más, sólo tú, como no puede ser de otra manera.

En caso de terror absoluto.

La palabra esquizofrenia retumbaba en mis oídos peligrosamente. Aquella revelación me acompañó durante todo el trayecto desde la extraña conversación con aquel hombre tan cercano a mí. No dejé de pensar en ella, me angustiaba pensar en el posible carácter hereditario de esa patología y al llegar a casa no pude hacer otra cosa más que comerme la cabeza y hacer una búsqueda personal para comprender aquella enfermedad. Los artículos de medicina de aquella prestigiosa revista científica que había comprado años atrás y que había escondido por falta de interés en el fondo de mi armario, despertaron en mí de repente más que curiosidad. Centré en ellos mi atención pues en su lectura encontraría las respuestas a mis angustiados interrogantes. Mi ignorancia o deficiente conocimiento, a pesar de haber conocido un caso muy cercano, hizo que muchas de las conclusiones extraídas del artículo de investigación me sorprendieran y lejos de calmar mi ansiedad dieron lugar a más quebraderos de cabeza. Al parecer, los brotes esquizofrénicos son frecuentes en la población aunque no tienen por qué cronificarse y empeorar el estado mental de la persona. Son algo así como crisis psicóticas que pueden aparecer en el transcurso del proceso de maduración de la persona. Eso no me tranquilizó en absoluto, aunque leyendo la sintomatología pensé que realmente era una patología compleja que requería una base anatomo-fisiológica desencadenante. Así, al parecer, la estructura anatómica alterada en esta patología era el tálamo, importante área de selección de toda la información tanto interna como externa que va a ir al córtex cerebral para ser procesada. En los pacientes esquizofrénicos el tálamo es incapaz de cribar toda la información, todos los estímulos que llegan a él, bombardeando a la corteza cerebral con datos necesarios e innecesarios en exceso. Se produce de esta manera el caos más absoluto. La pérdida del yo consciente. La fusión con el entorno. Aquello era demasiado para mí. Cerré de golpe la revista e intenté acallar mis propios pensamientos. Tomé el control sobre mí misma en un alarde de demostración de qué era lo que se debía hacer en caso de terror absoluto.

Simplemente TE QUIERO.

Hoy simplemente escribiré TE QUIERO. Porque es así, porque es mi mayor realidad, la que más me apetece gritar a los cuatro vientos, la que me arropa cada noche, la que me calma en estos tiempos difíciles. Me sobra lo demás, lo único que me importa es que TE QUIERO.

Completamente completa.

Todo es igual. Nada ha cambiado. Sigo metida en esta vorágine de pensamientos sin saber muy bien cómo desprenderme de ellos. Ni siquiera estoy convencida de querer hacerlo, es como si hubiéramos creado un nexo entre nosotros, un nexo indestructible, invisible, peligroso. Como un lazo que me ata a mi pasado, que me envuelve día y noche, vigilia y sueño. No me deja en paz. Es oscuro, siniestro y a la vez quiero comprender y aceptar que es parte de mí. Mi parte más oscura. Mi parte menos agradable. La que muchos no comprenderían jamás, ni siquiera esforzándose. Por eso me sincero contigo, mi fiel amigo. Porque tú no me juzgas ni lo harás. Tú no me miras frunciendo el ceño cada vez que te explico lo que me pasa. Tú eres un gran amigo, quizá seas mi otro yo. El que comprende por mi historia por lo que estoy pasando. El que entiende mi situación, mis más profundos e incómodos secretos.
Quizá escribirlo lo haga menos importante, quizá no lo sea. Pero para mí, en mi universo de confusión es difícil. Una maraña ideológica que confunde mis pasos.
Aún con todo, camino. Camino sin cesar. Como si de esa manera estuviera más tranquila. Pero aunque logro parte de esa calma que busco mi alma está inquieta. Siempre inquieta. Buscando y rebuscando, arañando del pasado cualquier atisbo de razón para lo que siento en el presente. Estoy desesperada como tantos años que llevo en la misma situación. Y aunque trato de salir tengo la sensación de que siempre vuelvo al mismo punto. Al de querer despertar de nuevo a ver si así consigo hacerlo todo mejor, ser más y mejor yo misma. Pero al momento comprendo que es una soberana estupidez que no lleva a ningún sitio. Me he planteado hacer terapia psicológica para bloquear todos esos sentimientos e ideas confusas que tanto tiempo me arrebatan, pero al final yo misma me retracto de tales propósitos. Porque no quiero de momento ayuda externa. Sé que necesito comprenderme a mí misma y supongo que eso lleva más tiempo que cualquier carrera. Intento hacerlo lo mejor posible. Por eso trato de escribir mi problema, mis inquietudes, para ver si así consigo sacarlas de mi mente, aunque sea sólo mientras tecleo frenéticamente siguiendo el ritmo del aluvión de ideas que profana la quietud de mi pensamiento. La verdad es que quiero poder ser libre, quiero liberarme a mí misma de prejuicios, de sufrimientos injustificados, de miedos futuros. Quiero vivir plenamente y dejarme de miedos. Quiero sentirme bien y completamente completa. Completamente yo.

El gato que nada sabía.

Deslizaba su mano por el suave pelaje de su gato como hacía siempre que se sentaba a reflexionar. Por nimio que pueda parecer, aquel simple gesto le permitía adentrarse aún más en sus propios pensamientos. Por macabros que fueran, él seguía pareciendo un hombre frágil incluso benévolo con un visible amor por su compañero felino. Nada sabía esa pobre bola de pelo de los oscuros planes de su dueño. Vivía felizmente paseándose por la mansión, restregándose por los marcos dorados de sus puertas, arañando las carísimas tapicerías, agujereando los largos cortinajes, pateando las teclas del ancestral clavicémbalo, comiendo las más suculentas y apetitosas delicias que se encargaba de administrar su amo con la puntualidad de un reloj biológico. Pero no entraba en su diminuto cerebrito entender el plan que estaba a punto de acometer su querido dueño, el mismo que acariciaba pacientemente su pelaje sumido en un sueño de ambición. Los ronroneos de ambos se unían en sonora armonía en el silencio de la noche al calor del fuego de la chimenea.

sábado, 18 de agosto de 2012

Siento el vacío sin ti.

Siento el vacío sin ti y no me gusta. No lo soporto. Te busco a cada instante, en cada rincón de mi memoria y cuando creo que tu imagen es suficientemente vívida me aferro a ella como si pudiera abrazarla pero no logro sentirme ni siquiera parecido a como me siento cuando te tengo cerca. Todo es distinto sin ti, todo carece de sentido. Ando perdida, sin rumbo, caminando errante hacia donde me arrastre el viento. Sé que no vas a volver por más que yo lo desee. Sé que no vas a aparecer de nuevo porque no está en mí lo que buscas con tanto ahínco. Y me duele, pero a pesar de tanto dolor quiero lo mejor para ti.

martes, 14 de agosto de 2012

Es imaginarte y...

Es imaginarte y una lengua de fuego me quema las entrañas. Es imaginarte y el deseo más desesperado retumba dentro de mí, resquebrajándome, apoderándose de mi voluntad sin piedad. Es imaginarte y se me envenena la razón que me tortura. Es imaginarte y ver tu figura dando de comer veneno a mis pupilas. Es imaginarte y ser sacudida por mil rayos. ¿Dime entonces qué sería de mí si pudiera rozarte con la punta de mis dedos, si al más leve roce moriría de amor? ¿Dime que tormento me espera al probar el sabor de tu piel, de tus abrazos, tus besos? Es imaginarte y abandonarme al más dulce de todos los castigos.

Las Perseidas.

Algo tiene el Universo que encandila, hipnotiza, empequeñece. Todo lo que allí ocurre fuera de nuestro limitado alcance parece atraernos con la fuerza de un agujero negro o el canto de una sirena. Descubrir las constelaciones de entre tantas estrellas se antoja un juego fascinante pero lo es aún más verlas cruzar el cielo. Es increíble la ilusión que puede hacer observar el manso firmamento a la espera de una estrella fugaz que rompa la quietud por un efímero instante. Pocos eventos de este tipo he presenciado en mi vida pero hice lo posible porque no se me escaparan las Perseidas la madrugada del día doce de agosto incómodamente sentada en un puff de mimbre y apoyada sobre una almohada en el alfeizar de la ventana de la buhardilla junto a mi hermana. En mi cabeza se apilaban desordenados los deseos que lanzaría al viento al paso de los astros como si no quisiera perder la ocasión de hablarles de ellos a las estrellas, esperando de ellas algún tipo de poder o magia ancestral capaz de cambiar el rumbo de mi vida. Desde ese momento, en mi retina han quedado grabadas esas estelas de fuego surcando el negro de la noche y en mi alma los deseos que viajan con ellas en el tiempo.

Me tienes enamorada.

Amor mío me tienes enamorada, en vilo, pendiente de un hilo. Me tienes atada a tu boca, presa de las caricias de dos cuerpos enroscados a la luz de la luna. Cariño mío, sálvame o enciérrame en tus brazos, pero no me dejes morir en el olvido. Víveme ahora. Seamos presente. Te deseo aquí y ahora a cada instante. Hagamos inmortal un beso en las estrellas, rocemos la locura del que ama plenamente, dejemos escapar ese fuego que nos quema por dentro y que nos coman vivos las llamaradas.

viernes, 10 de agosto de 2012

Si nos amamos.

Oye, estaba pensando... ¿Qué te parece si nos amamos? ¿No lo ves lleno de ventajas? Yo te amo, tú me amas y eso es cierto, lo sabemos. Yo lo llevo escrito en mis ojos para que cada vez que los mires leas en ellos todo lo que te quiero. Yo lo he atisbado en tus sonrisas, en tus caricias. No me hace falta más. Estoy segura. Quiero amarte. Me sobran ganas.

Me arrepiento de haberlo escrito pero aquí está, para aprender de ello.

¿Por qué nada de lo que hago es nunca suficiente? ¿Por qué me levanto siempre con una regañina taladrándome los oídos? ¿Por qué no me encuentro a gusto en mi propia casa? ¿Por qué se le ha olvidado qué nos une, qué somos? Nunca leerá esto, ni lo sabrá. Quizás lo intuya pero da igual. En la nube de pastillas en la que vive todo es perfecto pero si saliera de ella vería que tiene que arreglar muchas cosas que no se arreglan solas. ¿Cómo se lo hago ver? ¿Cómo le convenzo de que camine en la dirección correcta y no en la que le lleva al sufrimiento y al arrepentimiento? Eso es lo último que quiero para él, que en la soledad de la vejez o del último lecho le sobrevenga el arrepentimiento y comprenda que ya no hay vuelta atrás, que se equivocó y tendrá que asumir la culpa de la que no le eximieron en su día las pastillas.

Ayúdame.

Oh Dios mío, ¿cómo puedo ayudarle? ¿Cómo puedo hacerle ver que le quiero, que quiero ayudarle, que estoy a su lado para que juntos salgamos de ésta? Me siento incapaz, dolorosamente vencida por unos recuerdos que han echado raíces y le envuelven. No sé cómo hacerlo, no sé qué hacer. Sólo te pido que me des fuerzas para no desfallecer, para estar a su lado pase lo que pase y pueda apoyarse en mí para crecer, para liberarse, para ser feliz. Oh Dios mío, ayúdame.

jueves, 9 de agosto de 2012

La llamada.

Era la una y veinte del 9 de agosto y tenía los ojos como platos. Aquella llamada la había descuadrado por completo. Significaba que nada volvería a ser lo mismo. Marc se iba definitivamente. La abandonaba. Todo el amor, antes inquebrantable, que se habían profesado durante años era ahora un saco de vagos recuerdos y sueños rotos. Ella se consumía preguntándose qué había hecho mal, qué había cambiado para que él decidiera marcharse de aquella manera, con una simple llamada y un adios tan fugaz como el tiempo que se tarda en descolgar el auricular y que aún le martilleaba los oídos como el sonido de las agujas del reloj. Era el último recuerdo que él la regalaba. Un adios suspendido en el vacío. No había consuelo para ella. No lo habría en mucho tiempo. Tardaría en darse cuenta de que se había dejado de querer, se había llegado a odiar por haberle perdido de aquella manera. Pero un día se levantó de la cama con decisión y se miró al espejo. Habían pasado años desde aquella llamada y no era ella misma la que le devolvía la mirada a través del espejo. El cansancio y la derrota eran patentes en su rostro pero aún había un rescoldo de vida en sus pupilas. Se armó de valor y frente a su reflejo juró salir del abismo por ella.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Mi lista especial de cosas contigo.

Un sueño intenso quiero contigo, un baile que dure toda una vida, un "buenos días mi vida" todas las mañanas, una puesta de sol eterna en la arena, un millón de primeros besos interminables, un sinfín de primeras citas, tantas como quieras miradas furtivas, un te quiero que no acabemos de pronunciar, tú a cada instante,tú siempre.

martes, 7 de agosto de 2012

Una larva. Una sirenita. Un polluelo miedoso.

Hoy me siento una larva quiescente, esperando que amaine la tormenta para poder salir de mi cubierta. Todo a mi alrededor me indica que permanezca un poco más en mi escondite; sin embargo me muero por salir al exterior y vivir a la luz del sol. Soy Sirenita buscando cachivaches que me dén algo más de información de ese mundo que anhelo desde las sombras. Por eso mismo también soy carne de cañón para esos monstruos que me harían pagar un alto precio por un par de piernas. Me encuentro presa de mi ansia de volar, soy el polluelo miedoso del nido, el que teme acabar estrellado contra el suelo por hacer un mal vuelo. A pesar de todo, miro al precipicio con la única idea de sortearlo y llegar al otro lado, donde de verdad empieza el camino.

lunes, 16 de julio de 2012

La bolsa o la vida.

Lo miro y me atrapa esa inmensa tristeza que emana del que resignado espera venir la muerte. Lo veo con la cabeza gacha, la respiración pesada, los ojos cansados que ya no son de este mundo, y aferrado a la bolsa que drena la orina que poco a poco fabrican sus viejos riñones. Se ha convertido en su fiel compañera desde que le diagnosticaron aquel tumor prostático que le ha ido arrebatando la vida poco a poco. Lo miro y me petrifica esa sensación de soledad que lo invade. Quisiera poder tranquilizarle, quisiera poder apaciguar su ansiedad en vez de esa pastilla que lo adormila de esa manera tan fría con la que actúan los fármacos. Quisiera volver atrás y verlo feliz, lleno de vida, sin necesidad de cargar con esa bolsa que desde hace años le acompaña día tras día.

jueves, 12 de julio de 2012

Hoy he visto caer mis sueños.

Hoy he visto caer mis sueños sin remedio. Hoy he visto cómo los pisoteaban contra el suelo y les cortaban esas preciosas alas que les coloqué con el cariño y el mimo necesarios para que volaran alto. Hoy los he hallado moribundos. Hoy he agonizado al verlos secos y marchitos, agujereados, disparados, desmenuzándose entre mis dedos. Hoy he muerto con ellos con la esperanza de resucitar en eso que los mayores llaman tiempos mejores.

Aquí con el alma rota.

Aquí con el alma rota en pedacitos muy pequeños que sostengo entre mis manos con el semblante funesto de a quien se le arranca por la fuerza lo que con más ahínco protege, me afano en la tarea más ardua tratando de unirlos y pegarlos de manera que el resultado sea algo mínimamente parecido a lo que fue en un origen. Algo puro, virgen, inmaculado, impávido, soñador, diminuto, feliz. Pero no es fácil. Hay muchas esquirlas que han perdido su forma, es imposible reconocerlas incluso para mí, imposible devolverlas al sitio que las corresponde. Intuyendo que nada volverá a ser lo mismo, que las porciones de mi alma jamás volverán al recóndito lugar que el tiempo les adjudicó, dos lágrimas furtivas se escapan sin permiso. Esas lágrimas que se dejan salir en ocasiones muy puntuales, esas lágrimas que en su suicidio cantan el lamento de quién añora lo que se fue, lo que irremediablemente se escapó, lo que siendo celosamente guardado se escurrió por la más diminuta grieta.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Desde un rincón de la nada te materialices.

Dime cómo arrancarte de mis sueños, dime cómo puedo olvidar que existes, que te prefiero a todo lo demás, que te necesito más que el aire, que muero cuando te alejas, que no quiero ni puedo vivir lejos de ti, que iría contigo al fin del mundo y más allá, que te busco en mi rincón favorito deseando que desde la nada te materialices a mi lado para no irte jamás.

A Carlos Fuentes.

Hoy México pierde una de sus mayores fuentes de inspiración. Se ha ido su ensayista, novelista, poeta, abogado, diplómatico, máximo representante del boom literario de la escritura latinoamericana junto a otros grandes como Gabriel García Márquez. Sin duda, hoy es uno de esos días grises en que tratamos de aferrarnos a la obra que deja el hombre que marcha con la esperanza de no perderlo del todo.

martes, 3 de abril de 2012

Escribir la rabia.

Escribir la rabia no es más que dejar que salga de uno mismo, que fluya y tinte las palabras, las envuelva en una especie de nebulosa de dolor y frustración y las precipite contra el papel. Escribir la rabia es sacarse el corazón del pecho y dejar que cada latido enfurecido haga retumbar la habitación. Escribir la rabia no es más que escupir la sangre que nos llena la boca, y llorar la que nos nubla la vista. Es fijar la mirada en un punto y quemarlo.

¿Sabes qué? No me importa.

¿Sabes qué? No me importa nada que no me veas. No me importa sufrir por ti y tu maldito amor lo que no está escrito y más. No me importa que la prefieras a ella. No me importa no estar en ti como está ella. No me importa irme a la cama sabiendo que te quedarás para esperarla. Y ¿sabes por qué? Porque en el fondo me importa.

Verá doctor, una consultita de nada.

Verá doctor, últimamente ando muy preocupada. Hace cosa de pocos días me noto un dolor constante en el pecho, agudo, punzante, que se esparce por mi cuerpo. Llámeme loca pero creo que están haciendo nido en mí unos celos que no son normales. Me devoran por dentro. No paro de envidiarla a ella porque le tiene loquito. Si por mí fuera todos los males de este mundo podrían caer sobre sus hombros, los de ambos. ¿Qué ve en ella para no ver nada en mí? ¡Qué desesperación! ¿Tiene cura lo mío doctor? 

jueves, 16 de febrero de 2012

El vicio de la tristeza.

Dicen que la tristeza es un vicio. Sin saberlo me he enganchado a esta mala droga. Empecé tonteando con ella, pensando que un nuevo día me haría olvidarla.., sin embargo y para mi desgracia, no ha sido así. Ahora es mi fiel compañera, la que me sigue a todas partes y por más que intento alejarme de ella, no sé cómo se las apaña, pero me hace recaer. No puedo evitar pensar en ella a cada instante. Todo cuanto me sucede me obliga a recordarla, a tenerla presente. No sé cómo deshacerme de ella porque me ha invadido y ha invadido cada rincón de mi casa. No puedo echarla así como así, porque despedirme de ella sólo me hace sentir aún más pena.

martes, 7 de febrero de 2012

Pase lo que pase.

Pase lo que pase que me queden la escritura y las ganas de escribir. No concibo una vida alejada de las palabras. Por más que intento alejarme, siempre vuelvo a ellas arrepentida, sumisa, dispuesta a entregarme en cuerpo y alma y a encontrarlas de entre el barullo que hay en mi mente para lanzarlas con frenesí sobre el papel. Pase lo que pase en este incierto vivir que no me fallen las palabras, que a fin de cuentas son mis más fieles compañeras.

domingo, 29 de enero de 2012

Malditos exámenes y maldita falta de sueño.

Hoy es uno de esos días en los que no sé sobre qué escribir, pero necesito hacerlo. Quizá porque en mi cabeza hay demasiadas cosas que amenazan con volverme loca de remate y ésta es la única manera de darles salida. Hoy es un día de ésos en los que cuerpo y mente no dan más de sí, se han quedado sin energía para seguir, necesitan un tiempo de relax para desconectar y volver de nuevo a la agotadora rutina. Sin embargo, no se nos conceden los descansos tan a menudo como los necesitamos, y nos debemos contentar con una pequeña siesta en el sofá que hace las veces de modesta gasolinera para llenar el depósito hasta la mitad en una emergencia. Así que después de este minirato de evasión volveré a mi estudio y me concentraré en el mundo de las enfermedades parasitarias con ánimo de conocerlas más a fondo y aprobar el maldito examen que está a la vuelta de la esquina.

viernes, 13 de enero de 2012

A mi cálido mes de verano.

Tu nombre es cálido mes de verano, tu sola presencia irradia esa misma energía que me alimenta, me hace crecer, me da alas para creer en el amor que siento por ti. Porque vuelvo a ser una chiquilla enloquecida, porque me has devuelto la alegría y las ganas de querer.

Ahora te entiendo. Recuerdo al 15M

Ahora te entiendo cuando despotricas contra esos seres corruptos que te han chupado la sangre, te han explotado hasta despojarte de toda ilusión por la consecución de objetivos en pro de todos y sobre todo de los más desfavorecidos. Porque la deriva, la desidia nos ha convertido en desfavorecidos, desprotegidos, a todos los que vivimos bajo el yugo de la opresión del dinero, un enemigo insaciable que ha desplegado sus redes y nos ha metido a todos en el fango. ¿Cómo luchar contra un enemigo tan poderoso y con tanto poder de seducción? ¿Estamos condenados o existe una salida, un arma con la que luchar? Quizá tengan razón las voces tímidas pero inquebrantables y jóvenes que pretenden ese cambio que no tardará en llegar. Quizá lo primero sea indignarse.

domingo, 1 de enero de 2012

¿Por qué no puedo sencillamente..?

¿Por qué no puedo sencillamente decirte que te quiero? ¿Por qué se me ata la lengua al paladar cuando te tengo cerca? ¿Por qué mi cuerpo opta por callar cuando no puedo aguantar más la presión que me ahoga por decirte lo que siento? ¿Por qué no puedo mirarte a los ojos? ¿Por qué no puedo articular palabra? ¿Por qué se me encienden las mejillas cuando te hablo? ¿Por qué reprimo el abrazo que tengo preparado? ¿Por qué freno el beso que imagino cada noche? ¿Por qué ya nada es lo mismo? ¿Por qué no puedo expulsarte de mis recuerdos y olvidarte simplemente? ¿Por qué no puedo sencillamente decirte que te quiero?

Ante todo Amor.

Porque no podría vivir sin ello, ante todo Amor. Siempre Amor. Porque es el motor que impulsa y alimenta. El que todo lo mueve. El que simpre triunfa. El que siento por ti a todas horas. Porque te quiero, te amo, te veo en cada rincón de mi pensamiento velando mi sueño, porque me inspiras, porque me aceleras, porque me llenas y me vacías, porque me haces verdadera, me elevas, me condenas, me liberas, me sacias, me quemas, me inundas. Por todo ello, ante todo Amor.

Para empezar el Año.

Creo que una buena forma de empezar este año 2012 es celebrando el primer aniversario de este blog con el propósito de que se mantenga en el tiempo para poder seguir contando historias como hasta ahora y mejor. Pero ¿qué sería de este proyecto, de esta terapia mía, sin vosotros los lectores que os sumergís en las palabras regalándome un pedacito de vuestro tiempo? Nada. Por eso tengo tanto que agradeceros. Por eso tengo cuerda para otro año más. Que este año traiga lo mejor para todos. Seguid soñando. Un abrazo sincero, Ana Teresa.