jueves, 28 de noviembre de 2013

Un hada oscura.

Vampiro de las letras.

Escribía a escondidas, robando horas a la noche y al día. Vivía en esa extraña nube de ideas, encajando palabras, fermentándolas y destilándolas para sacar de ellas el máximo jugo del que luego beber sin parar hasta saciar su sed, como un vampiro de las letras. Le estaba prohibido ese acto tan íntimo, casi carnal con las letras, bajo pena de morir con una estaca en el corazón. Sin embargo, era un riesgo que estaba decidido a asumir. Su vida eran aquellos ratos dedicados a la abstracción literaria. No concebía vivir sin aquel remanso de paz que le ofrecían esos garabatos en el papel. Quería escribir a costa de todo. Se había despojado en su vida de todo con tal de poder mantener a su lado su pluma y su pergamino infinito. Era un alma escribiente, un alma bohemia, cuyo significado existencial se resumía en sus escritos. Vivía por ellos. Vivía para escribir incesantemente.

Quisiera ser tan alta como la luna, como la luna, como la luná.


Quería ser tan alta como la luna así que decidió subirse a aquel taburete y sentirse la más alta del planeta.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Una mujer de belleza ancestral.


Una vez tú pintaste a una mujer papá, hoy yo pinto a otra. Porque hay algo en ellas, algo insuperable, que encandila el alma y mueve a los ojos a observar y al pincel a retratar cada detalle.

martes, 19 de noviembre de 2013

La niña del globo.

La inocencia más absoluta.

Dr. Dreyfus.



En aquel caserón el doctor Dreyfus diseccionaba a sus pacientes y los transformaba en marionetas que coleccionaba y mostraba al ignorante vulgo bajo el nombre de "El Circo de los Horrores".

Natalie.

Lo sombrío de su mirada.


Al destapar aquella estatua de la buhardilla del caserón no pudo evitar reprimir un grito de pavor al observar que la figura de cera movía los ojos y trataba de despegar sus labios sellados para gritar su desesperación.

El bufón.


El bufón apareció en palacio trayendo consigo nuevas de los invasores del reino. Cundió el pánico en la corte y Viana no pudo hacer otra cosa que buscar a Robian con la mirada.

Gracias Laura Gallego por poblar mi imaginación con tus bellas historias.

Malévola.


Malévola era la criatura más diabólica de los mares y su poder era inmenso. Su historia se basa en los poco fiables rumores de marineros borrachos pero la leyenda aún hoy está viva aunque adormecida a la espera de un alma suficientemente valerosa como para desenterrarla de las profundidades.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Y surcó los cielos rozando las nubes de algodón.

Tropezando otra vez con la misma piedra.

Vuelvo a sentirme horriblemente desorientada, como si me hubiera perdido en la inmensidad de un lago de orillas difusas e inalcanzables y aguas profundas, con mi pequeña barquichuela que hace aguas por todas partes y se zarandea al mínimo soplar del viento y mi remo inerte en las manos, sintiéndome incapaz de hundirlo en el agua para seguir una dirección concreta y llegar a la orilla sin que me devoren las criaturas lacustres tan hambrientas de carne como yo de un destino admirable. Quiero recuperar esa energía que antes me movía a remar a contracorriente por cansado que fuera. Sé que lo necesito como el respirar y al Cielo imploro una ayudita que me impulse y me haga salir de aquí. Quizá necesite un poco más de fe en mí misma, quizá necesite que se disipen las brumas que me nublan el pensamiento y me hacen perder la cordura.

De cómo se volvió a sentir enamorada de un imposible.

Fue escuchar su voz aterciopelada, refinada, horriblemente seductora y curtida en mil escenarios, su falsete irresistible y sentir su presencia, su porte y andares de rey, sus ojos de ese celeste que atrapa y mata y esa sonrisa perfectamente perfecta y traviesa que deseó saberlo todo de él. Lo buscó en sus fantasías cada noche y en sus ensimismamientos diurnos, encerró sus canciones y su voz en el pequeño reproductor de música que la acompañaba a todas horas y a todas partes y se aprendió su nombre para no olvidarlo jamás: Emmanuel Moire. Hacía tanto tiempo que no idolatraba a nadie de esa manera que se le había olvidado esa extraña sensación de vivir en una nube de fantasía tan intensa que pareciera devorar todo aquello que no fuera él.

Si tú supieras...

Si tú supieras lo feliz que fui esa mañana en la que te acercaste donde yo estaba calentando la voz frente al equipo de música y te pusiste a imitar a Elly Ameling con esos gorgoritos tan graciosos... Si tú supieras que es así como te quiero: bromista, con ganas de reirte del mundo y de los batacazos de la vida. Si tú supieras que es así como te declaras vencedor absoluto a pesar de las malas nuevas, los malos tiempos y que es así como nos haces felices a los que estamos contigo a las duras y a las maduras... Si tú supieras que con una risa tuya me das años de vida y nuevas razones para luchar sin perder la esperanza.., si lo supieras quizá lucharías contra ti mismo y tus demonios con renovada energía y por fin elegirías el camino que todos deseamos para ti que no es otro que el de la felicidad.

jueves, 7 de noviembre de 2013

En el claro del bosque.

En el claro del bosque de eucaliptos le declaró su amor a la luz de la luna. Por fin se había atrevido el buen caballero a poner palabras a su sentir. Por fin podrían mirarse a los ojos y decirse su verdad con tiernas miradas. Por fin serían uno del otro y a pesar de lo que dijeran y sus palabras de amor quedarían encerradas para siempre en eternos testigos de eucalipto.

Con el otoño...

Con el otoño llega un sentimiento de nostalgia, una necesidad de mirar por el ventanal y ver cómo las hojas se despegan de las ramas, cada vez más desnudas, y se pierden en montañas de más como ellas que han bailado frenéticamente hasta acabar alfombrando el suelo. Me divierte ver a los niños jugar con las hojas, bailar entre el marrón y el verde y reir al crujirlas con sus pisotadas de enanitos adorables. Me gusta el otoño. Me gusta amodorrarme bajo la manta con mi gatita enroscada en el regazo. Me gusta el otoño, es un auténtico gustazo.