Cada cierto tiempo, en mi vida aparece un monstruo. Si pudieras verlo quizá para tí no sería tan horripilante, quizá incluso te caería bien y le permitirías dormir en el oscuro armario de tu alcoba. Pero a mí no me parece nada agradable. Y por las noches, cuando creo que voy a dormir profunda y plácidamente, se introduce en mis sueños y los desbarata, tornándolos pesadillas insoportables. Ya no soy ninguna niña y por eso decidí plantarle cara y exigirle una buena y convincente explicación. Aquella noche me hice la dormida esperando ansiosa su venida y entonces, justo cuando se dispuso a avalanzarse sobre mí me levanté de un brinco haciendo acopio de todo mi valor.
- ¡Ajá, monstruo! No creas que vas a poder salirte con la tuya, no... ¿Acaso pensabas que iba a aguantar tanto tiempo escondida bajo las sábanas de franela? No, maldito monstruo. ¡Aquí estoy haciéndote frente! ¡¡¡Lucha conmigo si tienes agallas!!!
Entonces, el monstruo empezó a inflarse como un globo y me preparé para lo peor. Aunque no me achanté no pude evitar cerrar los ojos y encoger un poco los hombros por lo que pudiera pasar, tenía que pensar algo. Y temiendo que descargara su ira sobre mí de la peor de las maneras, me dio un vuelco el corazón cuando abrí los ojos y descubrí lo que tenía en frente. No pude dejar escapar una risotada ante la escena que se había formado ante mí. El monstruo había tomado una apariencia totalmente diferente. Ahora parecía incluso cómico, me atrevería a decir. Entonces con una vocecilla ridícula me dijo:
- Siento haberte asustado todos estos días, soy nuevo en el oficio y aún no controlo mi poder... Ups, perdona, mi nombre es Cambio. Por órdenes de mis superiores mi trabajo consiste en asustar mucho al principio y luego ir remitiendo para,, al final insuflar valor al Cambiante para que no tema ante las nuevas situaciones y perspectivas de su vida.
- Y... ¿es obligatorio lo de "asustar mucho al principio"?
Esta vez fue Cambio el que rió a pleno pulmón.
- Depende del historial del Cambiante. Tú...- prosiguió al verme la cara de interrogación- eres una Cambiante inexperta y por eso en los primeros cambios hay que asustar todo lo necesario para que afrontes bien todo lo que es nuevo en tu vida.
- Entiendo.
- Pero no estaba en mis planes que te volvieras valiente tan temprano y mucho menos que ¡me descubrieras! Creo que eso es un buen indicativo de tu progreso, así que omitiremos la Primera Fase de "Asustar Enormemente" e iremos directamente a la Segunda Fase de "Inicio de la Adaptación", ¿te parece? Bueno, por el momento te dejo descansar porque tengo que ir a comunicárselo a mis jefazos. ¡Un placer haberte conocido!
- Igualmente, Cambio. Espero que seamos buenos amigos.
- Claro, siempre estaré contigo, ayudándote a superar todo obstáculo.
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