domingo, 13 de noviembre de 2016

Hoy he soñado...

Aquellos seres lanzaban un extraño grito desesperado como si se tratara del lamento por la muerte de su comandante, caído en aquella batalla de seres infernales. Entonces se elevaron en el aire creando una columna oscura de cuerpos rabiosos. Aquel vórtice, que cada vez cogía más y más altura, parecía absorber toda la energía y era cuestión de tiempo que se desatara la tempestad. Los chillidos de las criaturas y el batir enfurecido de sus alas enmudeció por un tiempo, era el ojo del huracán. Aquella marabunta tomó poco a poco la forma incompleta de un único y titánico ser con poderosos brazos que se extendían torpemente en el aire cerrando los puños en señal de ira. La energía que acumulaban esos seres empezaba a materializarse en algo muy luminoso, una especie de rayo contenido. Entonces el enorme gigante agarró ese rayo de luz con su mano y lo lanzó directamente hacia la tierra con una fuerza indescriptible. Aquello tenía una explicación. No iba dirigido a la tierra sin más. No. Aquel rayo impactaría directamente contra el cuerpo inerte del comandante con el fin de resucitarlo.

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