jueves, 15 de enero de 2015

La venganza de Keshan.

-Keshan… Keshan… Ummmmm es un nombre realmente inspirador…. Extremadamente sugerente me permitiría añadir. Pero.., ¿yo esperaría encontrar a un hombre detrás de ese nombre?

-Pues aquel que lo haga se llevará una decepción.

-Ya veo que te gusta jugar con el factor sorpresa.

-Simplemente no quiero ponérselo fácil, madre Tapkin. Sé que rehuiría luchar conmigo y no he llegado hasta aquí para nada, no quiero perder la oportunidad de atravesarle con mi espada.

-Así pues has decidido Anna. Tu nombre desaparecerá con tu antiguo yo y tras el entrenamiento serás Keshan hasta cumplir tu objetivo de venganza. Haremos correr tu leyenda y lo atraeremos hasta ti. Yo te enseñaré el arte de la lucha y sólo tu conciencia te permitirá renunciar a tu deseo de tomarte la justicia por tu mano si decides retractarte en algún momento. Está en ti.

-Lo sé. Sólo te pido que me enseñes. Yo responderé ante mi conciencia, ante los hombres y ante Dios.

-¿Y tu hijo?

-Él no ha de cargar con las consecuencias que acarree el odio que nos profesamos su padre, si es que debe recibir tal título, y yo.

-Pero tu hijo te ama, tal y como eres, y rechazará este deseo de venganza que te ha podrido el alma. Te odiará cuando lo sepa.

Una sombra de algo que en otro tiempo había sido una profunda tristeza apareció en los ojos de Anna, pero enseguida recompuso el gesto y su voz sonó gélida.

-Lo concebí muy joven, cuando amaba a Gero, y lo crié a salvo de esta obsesión. Marcel me prometió que le diría, llegado el momento, que yo me había empeñado en partir en busca de mi destino encontrando la muerte. Jamás sabrá la historia de sangre que ha manchado a sus padres. Nunca supo ni sabrá que Gero me traicionó por poder, que mató a mi padre sólo porque se lo ordenaron y que él no dudó un instante porque siempre lo detestó. Que vio el dolor y la súplica en mis ojos y aún así decidió meterme en aquel barco condenado a la deriva para mantenerme lejos de él y sus aspiraciones aristocráticas, para poder construir y refugiarse en su inquebrantable fortaleza de grandiosa e inmaculada reputación. Nunca supo antes de aquello que esperaba un hijo. Gero estaba demasiado ocupado lamiéndole el culo a esas sabandijas que le llenaron de avaricia y le cegaron. Ahora sé que mi destino es arder en el Infierno con aquel que amé y tanto he odiado. Él pudo ser mi salvación y ahora es mi condena. Lo tengo asumido madre Tapkin. Pagaré mi error toda la eternidad. Estoy dispuesta. Pero necesito llegar hasta él sin que se dé cuenta y para eso os necesito y cuando lo haga, no le dejaré escapar. Nos diremos todo lo que no nos hemos dicho y después inevitablemente nos llegará la hora de acabar lo que ya ha empezado. Es la única salida. Mi única opción de redimirnos aunque sea por la fuerza.

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