sábado, 9 de abril de 2011

Equilibrio.

El equilibrio es un niño en constante crecimiento. Es increíble lo vulnerable que puede llegar a ser. Diariamente lo alimento y doy fe de que mantenerlo es harto difícil. ¿Que cómo lo alimento? Veréis, es cuestión de darle una ración de realidad con buenas dosis de ilusión. Generalmente con eso le basta pero, como bien sabéis, la ilusión es cara y frágil y hay épocas de escasez en las que dejan de sembrarse los campos. El día en que no hay de esto en el plato mi equilibrio llora, patalea, se retuerce y se hace insoportable. Vivir solo de realidad te deja con hambre, no te sacia. En esos momentos lo paso mal porque empieza a rechazar la realidad, deja de comer y lo veo demacrado bajo los incipientes efectos de la desnutrición. Entonces busco desesperadamente salvarlo de ese horrible fin que visualizo en mis sueños. Me acurruco junto a él y lo envuelvo con mis brazos protegiéndolo de sus propios miedos. Y cuando se queda dormido salgo a cazar. Me vale cualquier presa lo bastante nutritiva para devolver el color a sus mejillas. Recuerdo cuando cacé una idea: hacer un blog, que resultó ser una fuente de alimento inagotable. Le supo muy bien y no la rechazó. Es más recobró las energías y comenzó a brincar y a correr a mi alrededor. Reímos juntos y desde entonces, cuando lo veo decaído abro la despensa y le escribo su alimento.

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