Cuando uno decide convertirse en escritor (no entraré en el debate de si escritor se nace o se hace porque para mí es una forma de vida que por instinto y necesidad quieres desarrollar) bebe de las fuentes, de la historia, de las experiencias de los que ya han probado la maravillosa droga de la palabra escrita, del día a día, de su propia experiencia, de su bagaje espiritual... Los maestros te invitan a abrir los ojos, a mirar el mundo como solo lo sabe observar el escritor, cronista e inventor al tiempo.
Entonces ocurre lo maravilloso: RENACES. Te enfrentas al mundo desnudo con las ganas de desentrañar sus secretos y revelárselos a tus semejantes, sin miedo. De repente ganas visión. Ganas altura. Te elevas, agudizas los sentidos, te transformas en una criatura pura, inocente, incorrupta, la esencia humana te acompaña, dejas de ser lo que eres todos los días para ser algo más, lo que verdaderamente eres y nadie ve porque lo hemos olvidado. La sociedad que hemos creado con el tiempo no es la que por naturaleza nos corresponde porque nos despoja de todo lo que hace grande al ser humano. Pero qué fácil es sucumbir ante ella y sus múltiples premios que nos hacen olvidar la verdadera necesidad del ser humano. Ser.
Mirar a nuestro pasado más primitivo puede revelarnos verdades que hemos querido ocultar en pos de una vida llena de comodidades y placeres a corto plazo. Sal de ahí. Conviértete en el ser humano que eres. Desnuda tu alma. Sé diferente. Sé esa persona que camina por el mundo con la sencillez del que observa y vive porque para eso ha nacido. Sé árbol que crece al Sol, sé río que atraviesa montañas, sé pájaro que sobrevuela la tierra. Mira con ojos diferentes. No vuelvas la vista atrás ante lo que es tu propia realidad. Conócelo todo, empatiza con tus semejantes, reconócete el derecho de ser tú. No sucumbas. Tienes energía de sobra para salir del pozo de la ignorancia. No te conviertas en ceniza, sé ave fénix. Sé viveza, energía, pureza, alma, esplendor.
Desde mi humilde opinión te invito a que renazcas, a que aprendas a mirar el mundo de otra manera, escríbelo y ámalo. No temas desnudar tu alma, limpiar tu mirada, observar con la paciencia del ser que es naturaleza, gánale la batalla a los miedos de una vida limitada, unos sentidos limitados, sé más, puedes serlo. Lo eres.
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