sábado, 29 de enero de 2011

A veces viajo...

Siempre me ha fascinado la mente humana y su increíble capacidad de imaginar, de poder dejar su realidad para vivir otras muy diferentes. Creo que es la máxima expresión de la libertad, pues aún en momentos de opresión es capaz de volar, viajar a otros mundos, a otros cuerpos... Y eso he hecho yo. Me he transportado al año 1917 y he llegado a Siberia, en el cuerpo de un aventurero: Peter Wight. Estas son las cartas que envió a su hermana que las esperaba impaciente a muchas millas de allí. Este que os presento aquí es el relato de "Kabuk, el Pastor de Renos". Espero que os guste y sobre todo, os haga viajar.


A 20 de abril de 1917, en el okrug de Taimir.
Querida Emily:
Te escribo, hermana mía, en primer lugar para decirte lo mucho que te echo en falta y segundo, para decirte que ya hemos llegado a Siberia, a la región de Taimir. He perdido la noción del tiempo tras los interminables días de travesía; pero deben de ser algo así como las once y media de la noche; pues hace mucho que el astro rey nos ha abandonado a merced de la oscuridad. Estoy aprovechando, para escribir en este viejo papel, los rescoldos de la hoguera que hemos podido crear en la cabaña en la que hemos instalado nuestra base. La empezaron a construir miembros de la expedición antes de que llegáramos nosotros y hoy por fin ha culminado la tarea. No es gran cosa, pero, al menos, resiste bastante bien el frío que nos atormenta cada segundo. Antes se cobijaban en una posada del pueblo más cercano. El señor Rickman, que me manda muy cordiales saludos para ti, nos ha informado de que mañana iremos a explorar el territorio más oriental de la región en busca de nuevos parajes y pueblos. Pero los compañeros de la expedición no paramos de preguntarnos qué vamos a encontrar aquí si lo único que ven nuestros ojos es el resplandor cegador de la nieve que cubre no sólo la tierra sino también el cielo. Es un paisaje de una belleza a la que no se terminan de acostumbrar los ojos, cruel, directa, espinosa, yerma… No puedo imaginar qué seres humanos pueden ser capaces de vivir en tal sitio. Hoy pasaremos la noche aquí y mañana comenzará nuestra aventura.
¿Cómo está padre? Sin duda estás haciendo el servicio de una gran enfermera. Transmítele todo mi cariño y mantenle al corriente de mis progresos ¿querrás? De aquí en adelante te mantendré informada de todo lo que ocurra, siendo mi mayor deseo que recibas y leas estas cartas que tan afectuosamente te mando.
Te quiere,
Peter Wight.



A 23 de abril de 1917
Querida hermana:
Hemos realizado nuestra primera expedición. Hemos cruzado la meseta siberiana central en dirección este hacia Yakutia y cada segundo que pasaba he dado gracias a Dios por haberme brindado esta magnífica oportunidad de conocer el mundo. Me gustaría que hubieras visto lo que yo he visto hoy. Éste es el reino de las Nieves Perpetuas, así lo conocemos entre los miembros de la expedición. Por donde quiera que miraras, la nieve cubría por completo los suelos, y de vez en cuando, a los trineos les era imposible seguir. Ése era el tiempo que aprovechaba para mirar a mi alrededor y descubrir lo inmenso que es todo esto y lo insignificante que soy yo. En el horizonte se perfilaban los blancos montes Cherski que dominaban toda la taiga de Oymyakon llena de oscuros abetales que intentaban abrirse paso entre las nubes que habían decidido huir del cielo y asentarse en la tierra. Después de tres días y dos noches, hemos llegado a una aldea. A sus valientes habitantes les llaman “nenets”, pastores de renos.
Son verdaderos supervivientes y toda su vida es una hazaña. Son gentes humildes que te brindan todo lo que tienen si eres un viajero cansado; pero también son feroces guerreros llegado el momento. El señor Rickman está alojado en la cabaña del patriarca de la tribu y a mi compañero Thomas y a mi, nos han asignado una cabaña en la que vive una mujer de unos cuarenta años, madre de seis hijos, para que tomemos nota de sus costumbres.
Dile a padre que no pasa un solo día que no piense en él.
Os quiere,
Peter Wight.



A 30 de abril de 1917
Añorada Emily:
Todo esto es magnífico. Hemos convivido con este maravilloso pueblo durante una semana escasa y hemos aprendido mucho de ellos. He conocido a un joven nenet llamado Kabuk. Es un ser que no conoce la maldad. Estoy enseñándole inglés a cambio de que él me enseñe cómo es su vida aquí. Tenías que ver su manejo de las herramientas y de los renos, a pesar de su corta edad. Creo que no puede ser mucho mayor que tú, tendrá unos dieciséis años. A primera hora de la mañana se levanta, se toma una especie de gachas que le prepara su madre en un cuenco de madera de abeto, se unta las manos en grasa de reno que conservan en forma de pastilla, se coloca sus guantes, sus botas y su abrigo de piel y sale al frío de la mañana para empezar a trabajar. Coloca los arneses a los renos, los une al trineo y los lleva a la taiga a pastar. Cuando un reno es incapaz de andar lo sacrifica y lo despieza. Utilizan su carne que es muy rica en grasas como alimento especial. Ayer nos ofrecieron un “banquete” suculento de este manjar y Thomas no pudo parar de celebrar lo excelente que era la carne. Es increíble ver cómo lo aprovechan todo de estas criaturas. Utilizan la grasa como aceite y aislante, las pieles para el ropaje, los huesos para fabricar herramientas, útiles y armas y los tendones como cuerdas. Es apasionante. Aún no me he acostumbrado al frío extremo. Temo estar incubando una pulmonía pero vamos bien preparados. No te preocupes por mí.
Siempre ansiando tu felicidad, te quiere tu hermano,
Peter Wight.



A 18 de octubre de 1917
Querida Emily:
Nos han llegado noticias de que ha estallado la revolución bolchevique en Rusia. Conocíamos la derrota rusa en la Guerra; pero nunca imaginé que tendría esta repercusión. Dicen que luchan por la implantación del comunismo en la capital. Los miembros de nuestra expedición somos desertores del Ejército Británico que obtuvimos licencia para venir a estas tierras y obtener información, bien lo sabes, pero creo que las cosas están empeorando. Nuestro mensajero nos ha informado de la creación de las Tropas Blancas que pretenden aliarse a los grupos étnicos por la fuerza para restaurar la monarquía. Tenemos que irnos de aquí; antes de que nos descubran. Los nenets se muestran indiferentes ante esta situación.Pero a nosotros nos descubrirán sin remedio.
Espero poder seguir mandándote cartas, pero pase lo que pase aún no hay nada decidido. No sufras por mí.
Peter.


...


“Desde aquel día no volví a saber nada más de él. Hoy, por fin, he podido velar su tumba. Thomas consiguió traerlo hasta Wight. Me contó que las Tropas Blancas habían llegado a Taimir y habían sometido a todos sus habitantes. Su expedición había conseguido cruzar media Siberia pero no llegaron mucho más lejos. Les sorprendieron los blancos y muchos murieron, entre ellos Peter. Otros tuvieron que rendirse y luchar a su lado en Rusia. Del coronel Rickman, mi prometido, tampoco he tenido noticias. Sólo espero que pueda regresar. Esto es todo lo que le puedo contar padre. No se me vaya usted también, por favor. Esto es insoportable.”

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