Soy un ser cambiante, en guerra e irritable.
Es mi vida una ensalada de desazones, un revuelto de pasiones, un amasijo de cables.
Tengo una mente juguetona, dispersa y obcecada. Frustrada de nacimiento, obsesiva y desaforada.
Cambié mil veces de hogar y no pude echar raíces.., así me faltan amigos y me sobran cicatrices.
Dicen que me parezco a mi padre, que no acabo las cosas... pero los que lo dicen no me conocen: soy peor aún si cabe.
Son las palabras de la gente mis tesoros, a veces tumba y a veces oro.
Los pensamientos se me estancan y a veces se me desbordan o rompen aguas.
No soy mujer de excesos salvo por los del hambre del alma.
Son mis demonios terribles huesos que en el esófago se me atragantan y me pinchan con tridente a la altura del cardias.
Son mis deseos nubes que lloran lluvia ácida, pájaros muertos, cruces cargadas a la espalda.
Son mis caminos laberintos, troncos nudosos, telas de araña.
Son mis temidos brotes de angustia, azotes de ira y pena. Y mis metas oasis en la arena.
Son mis fantasías sueños diurnos, encuentros furtivos y besos de almohada.
Y mis días estaciones de metro, tan repletos, tan vacíos, tan llenos de nada.
Soy lo que nunca pensé, lo inimaginable. Un ser cambiante, en guerra y beligerante.
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