jueves, 20 de febrero de 2014

Fofucha


Por fin en el pequeño cuartito de estar de Doña Fofucha nació la primera muñeca al calor de la lumbre. Quedaba mucho que pulir pero la anciana había hecho realidad su último sueño: fabricar una muñeca para la niña que le traía cada día el pan del pueblo a cambio de unas pesetas. Por fin la vería sonreir de verdad.

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