viernes, 7 de septiembre de 2012

Fierecilla mía

Qué difícil resulta dominar la tempestad, las corrientes marinas, los caprichos del destino, la voluntad de la Parca, las colisiones estelares en el firmamento, los ciclos lunares, las leyes naturales... Pero tampoco es fácil, fierecilla mía, dominar el color de tus pupilas, tus manos cuando me acaricias, la intensidad de tus besos crepusculares, ese escalofrío al envolvente sonido de tu voz... Lo increíblemente difícil es, fierecilla mía, lo creas o no dominar este loco corazón desbocado que te ama.

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