sábado, 15 de septiembre de 2012

Desde este cuarto estéril.

Desde este cuarto estéril en la planta del hospital te he visto tras el cristal y sólo el crujido de los huesos me ha impedido salir detrás de ti para sorprenderte con el mejor de los abrazos y el beso más tierno, ése que te había prometido antes del accidente. Sin embargo, has pasado de largo y ni siquiera me has dirigido la mirada. ¿Cuánto tiempo ha pasado para que te olvides de mí desde la última vez que estuvimos juntos prometiéndonos la luna y una caja llena de minutos y horas eternas de amor? ¿Qué te ha hecho ignorarme de esta manera? Entonces vuelvo a la cruda realidad cuando te veo de la mano de ella y recuerdo que no todo fue felicidad contigo. Entonces otro dolor muy distinto al que me provocan las muchas fracturas que redujeron mi cuerpo a la mínima expresión me inunda. Recuerdo que antes de la tragedia ya me alimentaba de este dolor y lo vuelvo a hacer mío, sintiendo su sabor adictivo. Ya tendré tiempo de cambiar de dieta, que la del hospital me sabe a poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario