jueves, 16 de mayo de 2013
La decepción en sus ojos.
La conozco demasiado bien, casi como si hubiéramos vivido todas las vidas posibles juntas o la hubiera gestado en mis propias entrañas y cuando la veo con la naricilla roja y los ojos vidriosos es como si sintiera su dolor como mio propio. A veces no me hace falta mirarla para saber que lleva escrita la decepción en las pupilas pidiendo a gritos un abrazo, unas palabras de consuelo. Y me duele tanto no poder hacerla feliz... Quiero para ella todo lo bueno de este mundo, lo más puro y brillante de la vida y de la gente. Y rodearla cada noche con mis brazos para aislarla de todo lo que la pueda hacer sufrir y apartarla de las pesadillas y la oscuridad. Pero a veces no me dan los brazos. Entonces siento la frustración de no ser lo que ella espera que sea y es cuando me mata ver la decepción en sus ojos.
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