Homero cuenta en su leyenda que el héroe Ulises en su odisea oteaba el horizonte día tras día con los ojos empañados en lágrimas por la nostalgia por su tierra, por su familia, sus raíces... Luchó contra el mar y sus criaturas, cíclopes, malvadas brujas y tentaciones y por ello pasó a formar parte del panteón de semidioses de la mitología.
Hoy hay miles de Ulises que llegan a las costas cada año enfrentándose a los peligros del Mar, arriesgando su vida y la de los que algunos llevan en su vientre por una nueva vida lejos de las penurias de su existencia en el desdichado hemisferio de la Pobreza. Lo dejan todo y se embarcan en una patera de mala muerte, o se anclan a los bajos de un camión de mercancías, con tal de poder amanecer en una tierra menos cruel que de la que provienen. Ponen al límite la resistencia y las capacidades adaptativas del cuerpo humano sobreviviendo a las más insufribles condiciones, padeciendo de por vida un estrés crónico por tanta pérdida incomprendido en muchas ocasiones.
Contribuyamos a suavizar el dolor que acarrean y ayudémosles a recuperar su vida.
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