Mi psicoterapeuta me lo ha ordenado. Digo "mi" psicoterapeuta porque todo el mundo se empeña en llamarla así aunque para mí no es más que otra mujer empeñada en salvarme de mí mismo. Me ha asegurado que si no cambio de vida, acabaré por volverme loco. Y todo es porque apenas salgo de mi habitación. ¿Cómo lo ha llamado? Ah sí, “ambiente insano, viciado”. Y no sé por qué le resulta tan hostil, allí tengo todo lo que quiero, todo lo que no puedo necesitar. Hasta me coloqué un orinal debajo de la cama para no tener que interrumpir mis cosas para ir al baño. No hay nada que me desquicie más que tener que parar por algo así. Me han diagnosticado un trastorno raro y me han dicho que lo primero que tengo que hacer es aceptarlo, que ésas son las primeras fases. Yo no lo entiendo, no creo que me pase nada malo. Es sólo que necesito escribir todo lo que me viene a la mente y no parar. Escribir frenéticamente es lo que me mantiene vivo. Tengo el récord del mundo en velocidad de tecleo y aún podría batir mi propio récord. Pero me están obligando a salir de casa. Hasta mi novia me ha cortado la luz en varias ocasiones para que no pudiera encender el ordenador. Ahora es mi ex. Desde que me encerré ella decidió que yo no tenía arreglo y se fue. No la culpo. Supongo que yo hubiera hecho lo mismo. Pero ahora que he salido de mi escondrijo quiero hacer lo posible por recuperarla, sé que ella aún me quiere y yo la quiero más que a nadie. No quiero volver a perderla y por eso haré lo necesario para superar todas las fases que se interpongan entre yo y esa maldita recuperación total para así volver por fin a esa rutina que empiezo a añorar con ella.
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