Te escribiré sin parar hasta que se me caigan los dedos, a ver si en el afán de describir con palabras lo que siento por ti te materializas, te presentas ante mí y me obligas a parar con un beso. Entonces y sólo entonces me alejaré de la escritura para perderme en ti hecho realidad. Entonces y sólo entonces recorreré tu cuerpo saboreando cada palabra.
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