sábado, 21 de mayo de 2011
La Mujer Perfecta.
Conozco a una mujer que quería ser perfecta. Conozco a una mujer que se convirtió en un espectro por conseguir su ambición. Sé que se apartó de lo que ella más amaba en el mundo, su familia. Lo dejó todo atrás. Vendió su alma. Cambió. Nunca volvió la vista a trás. Jamás se arrepintió de lo que hizo. Muchos la adoraban. Otros simplemente rezaban por su alma perdida. Ella se consumía entre las sombras y el humo de su cigarro, haciendo del mundo su fantasía. La perfección penetraba en sus sueños y le chupaba la esencia. Se quedaba vacía. Y al despertar había muerto un poco más. Disimulaba el brillo mortecino de su rostro con certeras pinceladas de un maquillaje para personas infelices.
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