domingo, 4 de febrero de 2018

Qué malo.

Qué malo es deberse palabras, cuando lo valen todo.

Qué malo es deberse razones, cuando lo explican todo y ponen fin a la elucubración.

Qué malo es deberse un momento que nos cure a ambos. Así andamos mendigando pócimas milagrosas a otros...

Qué malo es esperar un instante contigo, que nunca llega.

Preparo discursos largos, llenos de cosas pendientes que decirte, esperando escupírtelo todo con un beso.

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