lunes, 4 de febrero de 2013

Esmeralda.

¿Cómo puedes, mujer infernal, hacerme caer de esta manera en el abismo más oscuro?
¿Cómo puedes, hija del mismo Diablo, empujarme sin remedio al pecado?
¿Cómo puedes, princesa del deseo, atreverte a embaucarme con tus movimientos de serpiente?
¿Cómo puedes, ojos de hechicera, desnudarme con una simple mirada?
¿Cómo puedes, gitana, embrujarme con el aroma de tu piel?
¿Cómo te atreves, bruja, a romper la quietud de mi alma con tu sonrisa?

Verte arder en los infiernos es mi única salvación.

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