jueves, 6 de septiembre de 2012

Qué patético es quererte pero te amo.

Qué patético es quererte y ni siquiera tenerte cerca. Qué horrible pesadilla es temer por ti a cada instante y en la distancia. Qué triste es amarte sin remedio, sin marcha atrás, sabiendo que no habrá la más mínima reciprocidad. Qué triste es encontrarme pensando en ti a todas horas arriesgando mi equilibrio. Porque nada me protege del sufrimiento que me golpea cuando salgo de mi burbuja de cristal para aferrarme a un momento contigo. Nada frena el batacazo. Nada me previene cuando el corazón se desboca. Y tú lo has conseguido. Has conseguido volver loco al mío. Hacerlo trotar de alegría cuando te atisbo en el horizonte. Me has hecho perder la cabeza. Me has arrancado de todo cuanto me aferra a esta tierra para clavarme a ti con todas las consecuencias. Te amo sin remedio, sin red, sin cura, sin salvavidas, sin vacuna. Te amo enteramente y al amarte salto al vacío desgarrándome la piel con las aristas de tus rechazos. Qué patético es quererte, pero te amo.

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